Diagnóstico de la apoplejía

Comprende dos partes: primera, si se trata de una apoplejía; y segunda, qué lesión anatómica o estado cerebral revela el ataque apopléjico particular de que se trate.

El síncope se distingue por la suspensión o disminución considerable de los latidos cardíacos, la falta de pulso, la suspensión respiratoria y la palidez de la cara.

La asfixia sólo se parece a la apoplejía por la congestión cerebral consecutiva que produce; pero tiene síntomas propios y la investigación de las nociones etiológicas imposibilita toda confusión.

El coma epiléptico es en realidad un estado apopléjico y su naturaleza epiléptica se establece por los fenómenos antecedentes y por las huellas de otros ataques. Todas las enfermedades cerebrales en su período terminal pueden sumir al enfermo en el coma; los antecedentes y la evolución de los síntomas resuelven toda dificultad.

La determinación del estado cerebral, causa de la apoplejía, es frecuentemente muy difícil. Ya hemos indicado antes que su causa más frecuente es la hemorragia cerebral, a la cual sigue en frecuencia la congestión.

La distinción teórica minuciosa de las apoplejías distintas según su causa no cabe en los límites de este artículo. El práctico investiga la causa de la apoplejía estudiando los fenómenos concomitantes del estado apopléjico, los antecedentes y la evolución del proceso.

Volver a APOPLEJÍA – Inicio