Día de comienzo del año

Uno de los puntos más importantes de la ciencia de los tiempos, y que ha dado margen a más errores por no haber sido bien estudiado, es el relativo al comienzo del año, que no siempre fue en 1° de enero.

Los Benedictinos en su inmortal obra cuentan ocho sistemas o modos distintos de principiar el año, comprobándolos con razones y documentos que no dejan duda; recomendamos, pues, el Arte de comprobar las fechas y el Tratado de diplomática de Nabillón, a los que deseen profundizar esta materia; nosotros no podemos hacer otra cosa que indicar los diversos modos de comenzar el año entre los latinos, tomando al efecto por guía a los monjes de San Mauro.

Antes debemos advertir que no es posible fijar con rigorosa exactitud el comienzo del año en los diversos países y épocas, porque cada monarca, cada obispo, cada gobernador, lo alteraban según les parecía conveniente, y los cronistas e historiadores seguían también distinto sistema, y á veces más de uno, sin expresarlo terminantemente.

Hé aquí las razones por qué en Francia, como en Alemania, Italia y en otros estados, aparecen ejemplos de tres, cuatro y aun cinco modos de comenzar el ato en la misma época en diversas provincias; todavía hay más: en algunas como Tréveris, Venecia y Sicilia, se contaban dos años diferentes en el siglo xvi y aún en el xvii: el civil que comenzaba el 1° de enero, y el legal o usado en las actas públicas que tenía principio en Pascua, 1° de marzo y Encarnación del Señor.

Dejando a un lado las excepciones y variedades de poco interés, pasamos a indicar someramente los métodos más generales en Europa.

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