El conocimiento de la teoría científica de la alimentación de las plantas y del fundamento de la aplicación de los abonos, ha hecho saber a los agricultores que estos abonos no tienen más valor que el que representa la cantidad de nitrógeno, fósforo, potasa; cal y magnesia que contengan en forma asimilable; de modo que el labrador no debe pagarse ya de anuncios pomposos, ni de ofrecimientos de ninguna clase en materia de abonos, sino sencillamente pagar estos según la cantidad asimilable que de los referidos elementos contengan; y como el nitrógeno, el fósforo y la potasa son los más buscados, estos tres elementos son los que fijan el valor de los abonos.

Para proceder, pues, a fijar este valor, no hay más remedio que recurrir al análisis químico. El análisis de los abonos en general debe limitarse a la determinación de los elementos importantes, y a menos que como caso particular se necesiten otras indicaciones, no importa gran cosa la composición total, debiendo prescindirse por lo tanto del análisis completo, en el que se invertiría mucho tiempo y mucho trabajo sin gran provecho.

Los principios a que hay que limitar el análisis de los abonos, porque son los que sirven para determinar el valor de éstos, son:

1° Nitrógeno en tres estados: nitrógeno orgánico insoluble, nitrógeno formando amoniaco, y nitrógeno formando nitrato.
2° Ácido fosfórico en tres estados: ácido fosfórico soluble en el agua, ácido fosfórico soluble en el citrato amoniaco, y ácido fosfórico insoluble.
3° Potasa formando combinaciones solubles.

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