Detalles característicos de los aracnóideos

Un detalle característico de los aracnóideos es la marcada reducción de la región cefálica a la cual pertenecen dos pares de miembros que funcionan como piezas bucales. Todavía no ha podido determinarse con seguridad si el primer par de los citados apéndices corresponde morfológicamente a las antenas, o bien si, como asegura Erichson, corresponde a las mandíbulas de los insectos y crustáceos.

La primera opinión se apoya en el origen de los nervios que se encuentran en dichos apéndices. Éstos constituyen, unas veces, una pinza o tenaza didáctila formada por una prolongación de la penúltima articulación y por el artejo terminal que puede moverse libremente; otras veces forman una especie de garra, cuando la articulación terminal está simplemente curvada, y la precedente no se prolonga; también pueden constituir una especie de estiletes contenidos en un tubo formado por los miembros siguientes.

Los apéndices cefálicos del segundo par, o mandíbulas, se componen de una articulación basilar en forma de lámina, que lleva un palpo maxilar muy semejante a una pata. Este palpo termina unas veces en una garra, otras en una especie de mano con dos dedos conformados a manera de tenaza o pinza, y otras se halla desprovisto de garra.

Por regla general existe entre las articulaciones basilares de las mandíbulas una pieza impar que hace las veces de labio inferior. Los cuatro pares de miembros que siguen a los ya citados y que pertenecen al tórax, son las patas motoras; el primer par de estos miembros, casi siempre de diferente conformación que los restantes, se prolonga a veces a la manera de un palpo y hasta puede funcionar con su articulación basilar como una mandíbula. Las patas se componen de seis o siete articulaciones a las que se ha dado el mismo nombre que llevan las de los insectos.

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