Cuidados de primavera y verano en la apicultura

Del 15 al 20 de abril se hace la segunda visita.

Si la población abejera se presenta a las puertas y entran por minuto unas treinta obreras cargadas de polen, mientras que las otras agitan sus alas para renovar el aire del interior, puédese tener la seguridad de que es excelente el estado de la colmena.

Por el contrario, si se ven pocas abejas a la puerta y apenas algunas obreras cargadas de botín, es señal evidente de que la colmena está poco poblada. En tal situación, en vez de conservarla, separando todos los panales vacíos, debe cortarse el mal de raíz, pasando sus abejas a otra colmena vecina.

Cuando se aproxima la salida de los enjambres, sabidas son las precauciones que hay que tomar para que no se pierdan. Después de haberse verificado el enjambre, proceden algunos colmeneros a recolectar la miel. Pero esta recolección debe hacerse cuando las abejas han empezado a deshacerse de los zánganos.

Hacia el final del verano, hay que tomar varias precauciones. Todas las colmenas débiles o que no tienen más de seis o siete kilogramos de miel, a contar de la primera semana de agosto hasta la primera quincena de octubre, deben reunirse formando de cada dos una sola.

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