Cría de las anguilas

La carne de la anguila es muy delicada y de sabor muy exquisito, lo que hace que su pesca esté muy extendida por todo el mundo. Commachio es el centro de esta pesca, pues allí todos sus habitantes se dedican a ella, habiendo convertido sus antiguos pantanos, que eran una constante amenaza para la salud, en hermosos estanque de los cuales todos los años sale una cantidad de anguilas, capaz de invadir toda Europa.

Muchas son las utilidades que las anguilas proporcionan a la industria y de aquí el que se haya tratado de criarlas artificialmente empleando para esto charcas, lagunas pequeñas y estanques especiales. Para ello y toda vez que no han podido todavía obtenerse las huevas de la anguila, ni por los medios naturales ni artificiales, es preciso recoger la cría durante las mareas de abril y mayo, puesto que sólo se encuentran en este estado en el mar, cerca de la desembocadura de los ríos y de las lagunas de agua dulce y se deberán trasladar en seco al estanque, colocándolas en escusas o cestos con tapa cuyo tejido no permita que se escapen. Para mayor seguridad se cubren las cestas interiormente con lienzo, colocando también capas alternadas de hierbas acuáticas y de anguilillas. Algunos prefieren a las anguilas los rabiches o sean las crías más desarrolladas que se recogen en las albuferas.

Las anguilas en todas las edades se pueden trasladar a grandes distancias a causa de la disposición especial de los repliegues que forma la piel junto a las branquias que la permite tener éstas húmedas durante mucho tiempo. El transporte de las anguilas grandes cuando la distancia no es muy considerable, se efectúa en sacos húmedos o en cestos planos con hierbas frescas.

Cuando se desee cebar las anguilas para que se desarrollen más pronto, se colocarán en un depósito especial, y se las echa los desperdicios de la cocina y del matadero, tanto más desmenuzados cuanto más jóvenes sean las anguilas.

Después de sembrada la cría, es necesario atender a su conservación, evitando la destrucción consiguiente a la mezcla de especies distintas y carnívoras, limpiando las charcas de enemigos tan terribles como las culebras, ratas de agua, galipatos, salamandras, etc.

Si los depósitos son extensos, no falta entonces alimento a las anguilas que son muy voraces, con los comestibles que naturalmente en ellos se encuentran; si por el contrario son los depósitos reducidos, es preciso atender al cebo de las anguilas por los medios ya explicados.

Volver a ANGUILA – Inicio