En astronomía, lleva el nombre de Águila una hermosa constelación del hemisferio boreal que contiene un gran número de estrellas interesantes, binarias, ternarias y variables. La principal de todas, Atair, tiene un movimiento propio muy pronunciado.

Según la fábula, llevaba el águila el néctar a Júpiter cuando huyendo éste del furor de su padre se hallaba oculto en un antro de Creta; lo auxilió en su guerra contra los gigantes, y contribuyó a sus placeres robando a Ganimedes para que le sirviera a la mesa, por todo lo cual fue consagrada a Júpiter y colocada en el cielo.

Otros pretenden que se trata del buitre que devoraba a Prometeo.

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