La sinovitis simple, como por regla general todas las inflamaciones, da lugar a curiosos fenómenos neuro-musculares que consisten primero simplemente en una exageración de la tonicidad de los músculos que mueven la articulación, sobre todo de los flexores, de donde resulta la tendencia constante del miembro a doblarse cada vez más durante el proceso inflamatorio; el enfermo experimenta dolor profundo y como un calambre muy penoso siempre que intenta la extensión del miembro afecto.

El aumento de la tonicidad muscular llega gradualmente hasta la verdadera contractura, y si la enfermedad persiste se produce un acortamiento definitivo de los músculos que quedan convertidos casi completamente en masas fibrosas acortadas.

De la hipertensión muscular resulta la flexión (codo, rodilla) cada vez más acentuada del miembro y la presión de los cartílagos articulares uno contra otro lo que contribuye a su ulceración.

Por encima de la articulación todos los músculos se atrofian, los flexores sufren la degeneración fibrosa y los extensores la grasienta.

Erróneamente se ha supuesto que la tendencia a la flexión era instintiva en los enfermos porque así aumentaba la capacidad articular y disminuía la tensión intraarticular y por lo tanto el dolor; pero este modo de ver es inexacto en todas sus partes y el aumento de la tonicidad muscular, en sus diversos grados, debe considerarse como una acción nerviosa refleja dependiente de la irritación de los elementos sensibles de la serosa articular.

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