El concepto de los antiguos sobre este cuerpo no es el que generalmente se cree, esto es, uno de los cuatro elementos que formaban la materia.

Aristóteles tomaba la palabra elemento más bien como estado físico que como parte constituyente de la materia y de ningún modo como un cuerpo simple. Así, la tierra representaba el estado físico sólido, el agua el líquido, el aire el estado gaseoso y el fuego respondía al estado de lo que más tarde con impropiedad se llamó fluidos imponderables, sea el calor, la luz y la electricidad, que hoy se sabe no son más que modos de movimiento.

Platón, teniendo como punto de partida de su filosofía la razón geométrica, admite la necesidad de dos elementos extremos, el fuego y la tierra, y dos medios, el aire y el agua.

En la Edad Media, con menos sentido positivo, fueron desfigurados los elementos de la formación de los mundos expuesta por Aristóteles. Los alquimistas, sobre todo Becher y Stahl, admiten y quieren demostrar que en la constitución de los cuerpos entraban el agua, la tierra y el fuego, y por otro lado Hales, Boyle y Priestley sostienen que el aire se encuentra también en ellos en grande proporción. Para demostrarlo, ponían en una vasija de vidrio una porción de agua a la acción del calor y veían el vapor que se desprendía, al cual daban el nombre de aire, el agua que había en la vasija y el residuo térreo que quedaba en la evaporación. De este hecho deducían otro y era la transmutación de los elementos, al ver cómo el agua se convertía en tierra por la acción del fuego.

Estas ideas las vemos expresadas en el siglo pasado por Macquer en su Grand Dictionnaire de Chimie, por estas palabras: “Se reconoce por consiguiente con admiración que nosotros admitimos como principios de todos los compuestos los cuatro elementos: el fuego, el aire, la tierra y el agua, que Aristóteles había indicado como tales, mucho tiempo antes de tener los medios de la ciencia química para demostrar tal verdad. En efecto, de cualquier manera que se descomponga un cuerpo, al fin del análisis sólo encontramos esas sustancias”.

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