Coloración de las bacterias para su observación

Para poder examinar las bacterias con el microscopio, es necesario prepararlas convenientemente, siendo una de las precauciones más importantes el teñirlas con diferentes reactivos coloreados a fin de poderlas observar mejor.

Cuando se trata de bacterias tomadas de un líquido de cultivo de un líquido patológico, puede colocarse desde luego una gota del líquido sobre un porta-objetos, cubrir con un cubre-objetos e introducir una gota de solución acuosa débil de violeta de metilo B entre las dos láminas de vidrio. Por capilaridad se introduce en seguida la gota de disolución violeta entre las dos láminas y las bacterias se tiñen con más intensidad que el líquido que las rodea.

Este método tan sencillo es seguramente el mejor para teñir las bacterias vivas, estudiarlas y medir sus diámetros, porque no experimentan contracción ninguna y sus movimientos continúan por bastante tiempo; 24 horas, por ejemplo, los bacillus vírgula del cólera.

Además de este examen en estado fresco, se extiende una capa muy delgada del líquido bacterífero sobre un porta-objetos y se deseca al aire libre o a la lámpara, pero a un calor muy suave, procediendo después a la coloración.

Pueden seguirse para este último diferentes métodos, como son el de Gram, Loeftler, Ehrlieh, etcétera.

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