En general los aguardientes, por lo que hace a su preparación, deben dividirse en dos grupos, a saber:
1° Aguardientes de vino de uva.
2° Imitaciones de estos aguardientes, hecha con los demás aguardientes comerciales, de orujo, de sidra, de granos, de patata, etc.
A su vez los aguardientes de uno y otro grupo pueden ser anisados o secos, según se los haya añadido o no esencia de anís.
Antes de que se generalizara el uso de los areómetros, se denominaban los aguardientes en esta forma:
Aguardiente de Holanda.
Aguardiente anisado.
Aguardiente prueba de aceite.
Aguardiente prueba de pólvora.
Aguardiente prueba del sol.
El primero es el que señala de 50 a 56°; el segundo es el mismo de Holanda, cargado de aceite volátil de anís; el tercero, que marca de 65 a 70°, se llama prueba de aceite, porque si se echa un gota de aceite de olivas sobre él, se ve a esta gota caer al fondo del líquido alcohólico; el cuarto marca 85 a 90°, y se llama prueba de pólvora porque pegando fuego a una mezcla del espíritu y de pólvora, se inflama ésta al acabar de consumirse el alcohol; el quinto se aproxima mucho por su fuerza al alcohol absoluto anhidro.
Estas graduaciones inexactas han desaparecido y con ellas los nombres indicados, habiendo quedado, sin embargo, el de Holanda, que se sigue usando en el extranjero y aun en los mercados españoles.
En España se suelen llamar generalmente loa alcoholes hasta 60°, aguardientes, y al pasar de este grado, espíritus: si contienen esencia de anís en disolución, se llaman anisados; si no contienen esta esencia, se llaman secos.
A los aguardientes que proceden de otras materias diferentes que el vino, se les llama industriales, y también aguardientes de fábrica.
Los alcoholes obtenidos de la casca u orujo de la uva, se les denomina aguardientes o espíritus de orujo.
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