Otra cuestión que da mucho en qué pensar respecto de los adverbios, es si la clasificación que comúnmente hacen de ellos los gramáticos, reporta alguna utilidad al estudio, o no.
Si se opta por la afirmativa, no se nos podrá negar que semejante clasificación es muy deficiente; porque sí existen adverbios de lugar, como allí; de tiempo, como hoy; de modo, como bien; de cantidad, como poco; de comparación, como tan; de orden, como últimamente; de afirmación, como si; de negación, como no; y de duda, como quizás, ¿que razón hay para que no se dé cabida a adverbios, v. g., de ponderación, como aun; de causa, como por ende, etc.?
Es tal la índole peculiar del adverbio, que en latín le vemos frecuentemente empleado a guisa de parte regente o que exige complemento, como en ubi terrarum, tune tesnporie, etc.; lo cierto es que en español lo usamos frecuentemente como si fuera un sustantivo, pues decimos:
El SI de las Niñas.
Hemos averiguado el CÓMO y CUÁNDO de su venida.
Haciéndolos preceder también algunas veces a un régimen, como cuando decimos, y en esto se conforman con nosotros los franceses:
En ese asunto hay MUCHO DE apasionado.
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