Clasificación de las balas según su forma y objeto

Bala cilíndrico-cónica, o cilindro-cónica, cilindro-ojival, cónica, ojival, oblonga o elipsoidal: La que se compone de una parte cilíndrica y de otra cuya superficie se determina por la revolución alrededor de su eje de un arco ojival o casi elíptico, o bien tiene la forma de un cono imperfecto con curvatura hacia el vértice, o de un elipsoide muy puntiagudo.

Bala de cadena, de palanqueta, de dos cabezas o enramada: La de hierro partida en dos mitades, asidas por la parte interior con una cadenilla. Se carga con ella la pieza de artillería, y sirve regularmente contra los buques, porque al salir el tiro se extiende la cadenilla, y produce el efecto de desarbolarlos.

Bala enlazada: Dos medias balas unidas a los extremos de una barra corta o cadena de hierro; tiene el mismo objeto que la bala de cadena.

Bala de cuño: Semejante exteriormente a la ojival, que se empleó en las armas rayadas en 1867. Tiene por dentro un hueco en forma de cono truncado, en cuya base mayor, que se halla en la parte cilíndrica de la bala, se ajusta un casquillo de hierro batido, el cual, oprimido por la fuerza de la pólvora al inflamarse, entra forzado en dicho hueco y aumenta el diámetro exterior de la bala, obligándola a salir forzada, aunque entró holgada. De esta clase es la bala Minié.

Bala de expansión: La que por cualquier medio, casquillos, aletas o tetones, se ensancha para entrar por las hélices o rayas del ánima.

Bala de fuego líquido para carabina: Bala cónica de calibre cuatro veces superior al de la carabina Minié, en la que bajo cubierta de plomo se encuentra otra bala de vidrio llena de líquido inflamable. La inventó, con objeto de incendiar las jarcias y los velámenes de los buques y otros objetos análogos, el capitán inglés Norton, y las primeras pruebas se hicieron en Chatam en 1859.

Bala de iluminación: Bala de estopa bañada en alquitrán y otras sustancias inflamables; usábase para iluminar y registrar los fosos o lugares en que de noche se suponía algún peligro. Hay varios sistemas; pero han perdido toda su utilidad e importancia ante la luz eléctrica.

Bala de metralla: Bala de hierro colado o batido destinada a los botes de metralla, y cuyo peso reglamentario varía según los calibres de las piezas.

Bala estrellada: La forman cuatro cascos unidos de hechura cilíndrica con diámetro igual al del calibre del cañón en que se dispara; los cuatro pedazos están unidos por medio de cadenillas.

Bala granada: Proyectil cilíndrico-ojival, hueco, con paredes muy resistentes con el fin de aumentar el efecto del choque, sin privarse de los efectos explosivos debidos a la pequeña cantidad de pólvora que se encierra en él. Sustituye ventajosamente a la bala sólida, y como ésta, se destina a batir los buques de coraza y fortificaciones que tengan equivalente defensa. La carga interior se inflama sin necesidad de espoleta, pues comprimida fuertemente la pólvora; contra el fondo del proyectil cuando este recibe la impulsión, se precipita sobre su cabeza en el acto de detenerse bruscamente por el choque, con fuerza tan grande, que basta para inflamarla, dando lugar a la penetración y a que los cascos, que se proyectan en todas direcciones al reventar el proyectil, aumenten su efecto útil final.

Bala mordida o agujereada: La bala que, con propósito de que hiciera más daño, se mordía o agujereaba con un clavo.

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