Archivo de la categoría: Bala

BALA

Del latín, pila; del griego, voltear, por la forma globular que antiguamente tenía este objeto.

Proyectil de diversos tamaños y de forma esférica, o cónica, generalmente de plomo o de hierro, con que se cargan las armas de fuego.

— Confite globular, liso, formado en su mayor parte de azúcar y almidón.
— Pelotilla hueca de cera y untada de algún color, llena de agua común, o de olor, de que se usa por broma en tiempo de carnaval, reventándola o estrellándola generalmente en la frente de la persona a quien se intenta darle semejante pega.
— Entre mercaderes, cualquier fardo apretado de mercaderías, y, en especial, los que se transportan embarcados.
— Entre impresores y libreros, atado de diez resmas de papel.
— En la imprenta, almohadilla de piel de cordero, henchida de lana y puesta en una tabla redonda con su manija, que sirve para tomar la tinta y ponerla sobre la letra.

BALA EN BOCA: Frase con la que se expresaba que en las capitulaciones, se salía de la plaza o puesto rendido con los honores de la guerra. Tomó origen de la costumbre que tenían los antiguos arcabuceros y mosqueteros de coger la bala con la boca antes de introducirla en el cañón.

CALZAR BALA: Tratándose de armas de fuego, tener calibre de bala.

COMO BALAS: Término de comparación de algunos manjares, especialmente de los garbanzos, para denotar que son, o están, extremadamente duros.

COMO UNA BALA: Expresión figurativa y familiar con que se pondera la presteza y velocidad con que camina o va de una a otra parte alguna persona, o cosa.

EL QUE ES BUENO PARA LAS BALAS, ES BUENO PARA LOS CONFITES: Refrán “El que es bueno para las duras, que lo sea para las maduras”.

* La bala en la historia de la artillería militar
* Balas de cañón
* Fabricación de balas redondas y oblongas
* Balas sólidas y huecas
* Clasificación de las balas según su efecto
* Clasificación de las balas según su forma y objeto
* Balas explosivas y fulminantes
* Bala roja, incendiaria y asfixiante
* Pilas de balas

La bala en la historia de la artillería militar

Los primitivos proyectiles que en las bocas de fuego se usaron eran de piedra, toscamente labrados y no perfectamente esféricos; los canteros picaban ordinariamente la piedra en la misma batería para evitar gastos de transporte.

Las balas de metal no empezaron a usarse hasta fines del siglo xv, por más que algunos autores aseguran que ya se construían en 1400.

En la conquista de Granada no hubo más que balas de piedra. Sucedieron a éstas las de plomo y de hierro.

El primer metal se aplicó generalmente a las armas portátiles; el segundo a la artillería, porque los proyectiles de las bocas de fuego deben ser duros, densos y pesados, y no carecer de cierta tenacidad para evitar que se rompan antes de producir el efecto que se desea.

Así es que el hierro colado, el forjado y el acero son los metales preferidos para los proyectiles de artillería, sobre todo el primero porque tiene la ventaja de ser muy económico. Sin embargo, como hoy se aspira a obtener grandes penetraciones, se construyen muchos de acero. Se combina también este metal con el hierro forjado y fundido. El acero Bessemer ha dado muy buen éxito, pero resultan carísimos los proyectiles. En los de hierro fundido se han adoptado algunas variantes en su fabricación, dando lugar a los sistemas Grousson y Pallisser. Los proyectiles fundidos por cualquiera de ellos son una mezcla completamente directa entre dos fundiciones, siendo la exterior más blanca y dura en cierta profundidad determinada, y gris y tenaz la interior, variando algún tanto el producto en sus propiedades y caracteres exteriores, según se emplee uno ú otro procedimiento.

Recientemente el general Thory, de la artillería francesa de marina, ha inventado balas de gran densidad, con las que se propone realizar un progreso análogo al conseguido hace siglos con la sustitución de los proyectiles de piedra por los de fundición. Llena con plomo comprimido granadas de acero templado, y obtiene así un aumento de peso y, por lo tanto, de densidad de cerca de un tercio. A causa del menor efecto que en estos proyectiles produce la resistencia del aire, se llega con ellos a una trayectoria más tendida y a un tiro más preciso. Además, como la mayor densidad de la materia empleada disminuye la longitud del proyectil en cerca de un calibre, es muy verosímil que estos nuevos proyectiles atraviesen corazas a mayor distancia, sobre todo cuando el tiro es oblicuo, puesto que en los proyectiles largos hay tendencia a rebatirse sobre la coraza cuando el ángulo de incidencia es algo grande.

Volver a BALA – Inicio

Balas de cañón

Las balas de cañón se moldean con una mezcla de arena y carbón de piedra pulverizados, humedecida hasta el punto de poder conservar la forma que se la de con la mano.

Las cajas para moldear los proyectiles son de hierro colado y están divididas en dos o más partes, cada una en figura de tronco o pirámide truncada. Los modelos de los proyectiles son de bronce y están también divididos en semimodelos o mitades. Cuando los proyectiles son huecos, la media caja inferior tiene en la parte de abajo una barreta con un taladro cilíndrico, donde con una chabeta se asegura el árbol del sólido que ocupa en el acto de la fundición el espacio correspondiente al hueco interior del proyectil, sólido al que se da el nombre de alma.

Moldeados los proyectiles y dejando un hueco o bebedero por donde ha de verterse el metal fundido, se extrae éste del cubilete en calderos de hierro preparados para esta operación, y pasa de ellos a los moldes. Hecha la colada y transcurrido algún tiempo, se deshacen los moldes, se dejan enfriar las balas y se las corta el bebedero y las rebabas.

Pero, de cualquier manera que los proyectiles hayan sido construidos, y sea cualquiera su figura y materia, hay que someterlos a reconocimiento o examen de sus dimensiones y calidad.

Si se trata de proyectiles esféricos, para cerciorarse de que lo son, se los hace pasar por una vitola mayor y se los prueba con otra menor, y luego se pasan por un cilindro, llamado de recepción, de hierro fundido, cuyo calibre es igual al de la vitola mayor. Si los proyectiles son prolongados se usan diferentes vitolas.

En unos y otros proyectiles hay también que comprobar los pesos.

El reconocimiento de los proyectiles se practica con auxilio de compases curvos, reglas graduadas, matrices y plantillas o escantillones de acero fundido.

Volver a BALA – Inicio

Fabricación de balas redondas y oblongas

La fabricación de las balas redondas para armas portátiles es sencillísima. Se vierte el plomo en moldes de bronce, divididos en más o menos trozos; solidificado el metal, se cortan las rebabas y se las iguala en un tonel giratorio en sacos que se agitan durante algún tiempo. Luego se calibran en una criba cuyos agujeros tienen el diámetro que se desea.

Las balas oblongas se fabrican con moldes de la forma y dimensiones adecuadas. Si deben ser huecas, cada parte del molde tiene en el interior y en el centro un resalte de acero. El plomo se introduce por la punta. Para calibrarlas pasan, de punta, por un cilindro ad hoc.

Cuando la colada no se ha hecho con mucho cuidado, las balas pueden presentar defectos exteriores, tales como repliegues, gotas frías, insuficiencia del metal, etc., defectos fáciles de corregir, por lo mismo que son visibles; no sucede lo mismo cuando los defectos son interiores, como huecos, grietas, etc., no visibles al exterior.

Resulta entonces que el centro de gravedad y eje de rotación del proyectil no coinciden con el centro y eje de figura. Estos defectos, de poca importancia antiguamente en que las armas de fuego tenían poca precisión, son hoy día muy perjudiciales para la precisión de las armas rayadas.

Las balas que presentan tales defectos se llaman locas y efectivamente producen tiros anormales. Por esta razón, a fin de cortarlo y de hacer la masa de la bala perfectamente homogénea, cada bala después de la colada se comprime en una matriz que la da al mismo tiempo su forma y dimensiones definitivas. Las balas de revólver no se comprimen.

La figura esférica de los proyectiles está determinada por la cilíndrica del ánima, y se consideró como la más ventajosa hasta la introducción de los cañones rayados. De la resistencia del blanco depende la forma más conveniente que los proyectiles prolongados deben afectar, y desde luego se adoptaron los de forma cilíndrica en la parte posterior y ojival en la anterior cabeza, compuesta de dos arcos de círculo cuyo radio varía.

Volver a BALA – Inicio

Balas sólidas y huecas

Las balas esféricas pueden ser sólidas y huecas. Las sólidas son las macizas usadas en las armas portátiles y también en los cañones. Se llaman propiamente balas cuando tienen el mismo diámetro que el cañón que las arroja, y perdigones, balines, metralla o granos de metralla cuando su diámetro es muy reducido con relación al del cañón y entran en cada tiro varias.

La bala sólida en artillería, que era hasta hace poco tiempo el proyectil de uso más general, tenía por objeto destruir las obras al enemigo, y también se empleaba contra grandes masas de tropa a considerable distancia. Los cañones son las únicas piezas que disparaban esta clase de proyectiles, pues los bomberos y obuses se destinaban pare el tiro de los huecos.

Son balas huecas las que tienen una cavidad que se carga de pólvora u otra sustancia inflamable. A esta clase pertenecen los proyectiles fulminantes o explosivos de las armas portátiles. La bala hueca, en artillería, es la granada, la pollada, la bomba, el shrapnell y la propiamente llamada bala hueca, esfera de hierro colado con una cavidad, también esférica, y un taladro que comunica al exterior y se tapa con un taco de madera o hierro en el acto de dispararla.

Las balas oblongas o prolongadas, vulgarmente llamadas cónicas, o dedales, como decían nuestros soldados cuando empezaron a usarlas, se han generalizado en el armamento de todos los ejércitos. Se ha aceptado la figura cilindro-ojival, la porque produce mayor daño a causa de la irregularidad de su taladro, ya por ser la más apropiada para la penetración del proyectil en planchas de blindaje.

Los proyectiles prolongados son, como los esféricos, huecos o sólidos, y por lo mismo se dividen en balas, balas-granadas, granadas ordinarias, granadas de segmentos, granadas shrapnells y botes de metralla.

Las balas verdaderamente sólidas se emplean muy raras veces en artillería. Las variedades más conocidas y usadas de los proyectiles prolongados son los llamados Palliser, Cavalli, Wahrendorff, Timmerhans, Blakely, Armstrong, Withworth, Lancáster, Brupp o granada de doble pared, Hothkiss, Schenkl, James, Stafford, Jeffery, Parrot, Buckle, Britten, etc., y los especialmente adoptados por la artillería de varias naciones y conocidos con el nombre de prusiano, inglés, francés, etc.

Volver a BALA – Inicio