Del árabe, azaferán.

Planta de la familia de las Irídeas cuyos estigmas se emplean como materia tintórea, aromática, condimenticia y medicinal. || Estigma de dicha planta. Se usa para condimentar manjares, y para teñir de amarillo, y en Medicina como estimulante y emenagogo.

En pintura, color amarillo anaranjado para iluminar, que se saca del estigma del azafrán desleído en agua.

AZAFRÁN BASTARDO, ROMÍ o ROMÍN: Alazor.

AZAFRÁN DE MARTE: En farmacia, óxido de hierro hidratado.

AZAFRANADO: De color de azafrán.

AZAFRANAL: Sitio sembrado de azafrán.

AZAFRANAR: Teñir de azafrán. || Poner azafrán en un líquido. || Mezclar, juntar azafrán con otra cosa.

* El azafrán en el mundo
* El azafrán en botánica y agricultura
* Recolección del azafrán
* Tostado del azafrán
* Alteraciones y enfermedades de la planta de azafrán
* Producción y comercio del azafrán
* Propiedades y usos del azafrán
* Adulteración del azafrán
* Uso del azafrán en farmacología y terapéutica
* Azafrán de los prados y napolitano
* Azafrán silvestre

Planta industrial tintórea, aromática, condimenticia y medicinal, perteneciente a la familia de las Irídeas y denominada por los botánicos Crocus sativus.

Recibe vulgarmente los nombres de azafranero, azafrán cultivado, oficinal, azafrán aleroco, alzardach, alzardagi; en catalán y valenciano safrá; en vascuence azafraya y en portugués assafrán.

Es originario de Oriente (azafrán oriental), aunque parece haberse encontrado también en los Alpes y Pirineos y en varios otros puntos.

Plinio habló ya del azafrán que se cultivaba en Asia, África y Sicilia; Silthorp encontró la planta en Grecia; Allioni y Tenore en Italia; Bertolini en Ancona cerca de Ascoli, y los árabes la introdujeron en España.

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Las flores del azafrán son de color purpúreo violáceo, coetáneas con las hojas: nace de un bulbo o cebolla maciza y muy achatada por la parte inferior y de renuevos o búlbulos sobrepuestos en la superior; dicho bulbo está cubierto de túnicas filamentosas, que los cultivadores llaman bollizas, perifolla o camisa; hojas lineales con un nervio blanco y margen revuelta y escamosa, denominada vulgarmente espartillo; escapo corto; espata monofila, membranosa y blanca; perigonio con el tubo muy prolongado y el limbo con las seis divisiones ovales, oblongas; estambres de antenas asaetadas, más cortos que los estigmas; éstos, en número de tres, denticulados en el ápice, muy olorosos y de color rojo; desecados constituyen el azafrán del comercio.

Cultivase esta planta por la materia colorante amarillo-dorado de los estigmas de sus flores, y los bulbos y las hojas pueden servir para alimento del ganado.

Las regiones de la vid y del olivo son las que más le convienen. En España se cultiva en la Mancha (Albacete, Ciudad-Real, Toledo y Cuenca), Alcarria (Guadalajara) Murcia, Valencia, Aragón y en algunas localidades de Andalucía y Cataluña Resiste bien las bajas temperaturas hasta los 15° bajo cero.

Requiere su terreno que no sea compacto ni húmedo en exceso; sufre poco o nada durante las sequías de verano, porque en esa época está suspendida su vegetación y finalmente le convienen abonos dispuestos y abundantes, a fin de proporcionar a la planta alimento suficiente los tres años que dura un azafranal.

Se multiplica por bulbos que se plantan en otoño con el tallito hacia arriba en surcos equidistantes entre sí unos 20 centímetros y cuidando que los bulbos queden en cada surco a unos ocho o diez centímetros usos de otros. Se entierran a 15 centímetros y los únicos cuidados que necesitan consisten en escardar un par de veces al año hasta que se procede a la recolección.

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La recolección suele ser en septiembre u octubre y se efectúa por mujeres y niños, arrancando las flores y separando después los estigmas. Llaman día del manto aquel en el que mayor número de flores han abierto.

Para separar los estigmas, llevan las roseras casa del labrador las flores recogidas y se pesa lo que cada una ha recolectado, pagándoles con arreglo a ello. Lo primero que hay que hacer es separar la flor de cada una de las cogidas para limpiarla por riguroso turno, porque lo más que puede resistir sin deteriorarse y sacar el azafrán son dos días y para esto no ha de estar muy extendida ni muy amontonada.

Se extiende sobre una mesa larga, al rededor de la cual se sientan hombres, chicas y mujeres, teniendo cada cual a su frente una cazuela limpia y vidriada, para ir echando en ella los mazos o sean los estigmas que constituyen el azafrán.

Así que se ha terminado la monda de la rosa por aquel día, se pesa el azafrán que cada uno ha sacado y se continúan las operaciones en los sucesivos hasta terminar la cosecha.

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Esta importante operación, de la cual dependen en gran parte sus cualidades comerciales, es propia de la mujer del labrador, la cual reúne por tandas el azafrán obtenido.

Para tostar el azafrán verde se usa en Albacete un barreño o cazuela-hornilla al que se denomina tostador, en cuyo fondo se coloca un poco de ceniza y encima una capa de lumbre bien pasada y no muy fuerte, que generalmente es el resultado de quemar separadamente en el hogar una gavilla de leña.

En esta disposición se coloca encima de la hornilla, tapándola, un cedazo ordinario, dentro del cual se pone bien extendido el azafrán. Cuando ya se ha desecado lo necesario por la parte expuesta al fuego, se coge otro cedazo y colocándole encima del primero, se levanta de la hornilla y se vuelve el de arriba a abajo, dejando caer dentro del segundo el azafrán contenido en el primero, quedando encima la parte del azafrán que se hallaba ex-puesta a la acción directa de la lumbre.

Así que se ha desecado por esta parte, se separa la hornilla y se envuelve en un trapo negro que se guarda cuidadosamente dentro de un arca, en sitio obscuro, pues la acción de la luz descolora el azafrán, lo que hace disminuir su valor en el mercado.

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