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AUSCULTACIÓN

Del latín auscultatio, el acto de oír.

Método de exploración clínica que tiene por objeto la apreciación de los fenómenos físicos, perceptibles por la aplicación del oído en el hombre sano o enfermo.

Hipócrates conocía el ruido de sucusión en el empiena con pneumotórax y el roce pleurítico; Harvey, en su obra de Motu cordis, etc., prueba conocer los ruidos cardíacos; pero la auscultación sistemática como medio de diagnóstico fue descubierta por Laennec que la aplicó a la exploración de la cavidad torácica.

AUSCULTAR: Aplicar el oído inmediatamente, o con el estetoscopio, a ciertos puntos del cuerpo humano para explorar los sonidos y ruidos de los órganos en las cavidades del pecho, o del vientre.

* Auscultación mediata e inmediata
* Auscultación del aparato respiratorio
* La auscultación y el murmullo vesicular
* La auscultación del ruido respiratorio bronquial
* El ruido respiratorio indeterminado en la auscultación
* Detección de estertores por medio de la auscultación
* La auscultación de la resonancia de la voz
* Auscultación del corazón
* Auscultación de los vasos y las arterias
* Auscultación de las venas
* Auscultación obstétrica

Auscultación mediata e inmediata

Divídese la auscultación en mediata e inmediata según se escuchen los ruidos orgánicos aplicando directamente el oído sobre la región que se explora, o según se escuche mediante un aparato que se denomina estetóscopo o estetoscopio, que transmite al oído las vibraciones sonoras que se producen en los órganos sanos o enfermos.

Por la auscultación inmediata se perciben los ruidos normales y patológicos más intensa y distintamente que por la mediata, hay menos causas de error, pero se circunscribe o limita menos el sitio donde se producen y no siempre conviene ser empleada, ora por la suciedad del enfermo, ora por respeto al pudor de enfermas excesivamente delicadas.

Para practicar la auscultación inmediata se cubre la región con un lienzo fino, no almidonado, sino perfectamente flexible y se aplica el oído comprimiendo ligeramente contra la parte y procurando evitar todo rozamiento que perjudique la exploración.

Con el estetoscopio se limitan mejor los focos de los ruidos que siempre se debilitan algo. El mejor estetoscopio es el que se aplica perfectamente a la región que se explora y por su pabellón a la oreja; los de tubo flexible se adaptan con alguna dificultad al conducto auditivo externo, por lo que suelen producir roces que dificultan la investigación.

Tanto por la auscultación de los órganos respiratorios como circulatorios pueden observarse numerosas condiciones funcionales, aparte de la modificación del tono, timbre, intensidad y número de los ruidos normales y producción de ruidos patológicos; así se observan la frecuencia y ritmo de los movimientos respiratorios cardiacos, su intensidad, el cambio de posición del corazón, sus variaciones de tamaño, etc.

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Auscultación del aparato respiratorio

Tanto en la inspiración como en la espiración, la corriente de aire que entra y sale produce ruidos, que pueden llamarse ruidos respiratorios normales o puros, para distinguirlos de los que se originan cuando las condiciones de los órganos cambian por el estado morboso.

Los ruidos respiratorios normales o puros son: el murmullo vesicular, el ruido respiratorio bronquial y un ruido respiratorio indeterminado sin carácter vesicular ni bronquial.

El murmullo vesicular puede compararse con el que produce el aire al entrar por entre los labios medio abiertos y se produce sólo en la inspiración y no en la espiración. Su nombre revela la explicación que primeramente se dio de este ruido, que se suponía producido al penetrar el aire en las vesículas pulmonares y dilatarlas; pero de los últimos ensayos físicos resulta inverosímil que este ruido se produzca en los mismos alvéolos siendo más probablemente una modificación del ruido producido en la laringe y en la tráquea, modificación que se debe a que el ruido laríngeo se debilita y pierde su tono al pasar del conducto estrecho de la laringe al espacio mucho mayor del pulmón. En la espiración se produce un ligero soplo de carácter indeterminado.

El ruido respiratorio bronquial (que comprende también el laríngeo y el traqueal) se produce, como su nombre indica, en la laringe y tráquea y se propaga a los bronquios; tiene carácter de soplo, y semeja el ruido que se produce soplando suavemente dentro de un tubo. Es perceptible este ruido en la laringe y en la tráquea en la inspiración y en la espiración y aun más intensamente en esta última; al nivel de la cuarta vértebra dorsal, punto a que corresponde la bifurcación de la tráquea, es también perceptible en muchos individuos con más fuerza en el lado derecho, porque el bronquio correspondiente es de más calibre que el izquierdo y también mas próximo a la pared del pecho.

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La auscultación y el murmullo vesicular

En el estado normal el murmullo vesicular se percibe en todas las regiones del tórax y tanto más intenso cuanto más enérgica sea la inspiración.

Indica el murmullo vesicular que el aire puede penetrar en los alvéolos; por lo tanto, cuando en una zona pulmonar no puede penetrar el aire, desaparece en este punto el murmullo vesicular y en su lugar se perciben otros ruidos anormales o nada.

Cuando el pulmón se halla comprimido por una acumulación de líquido de gases en la cavidad pleurítica o cuando los alvéolos han perdido su distensibilidad (en el enfisema pulmonar), el murmullo vesicular desaparece en zonas muy extensas y aun en toda una mitad del tórax. En los casos en que los alvéolos pulmonares están infiltrados por un exudado, desaparece también el murmullo vesicular en la zona hepatizada y es reemplazado frecuentemente por la respiración bronquial. Lo mismo ocurre cuando una parte del tejido pulmonar retraído, enrarecido o fundido forma cavidades.

En el estado normal el murmullo vesicular es suave, pero puede tornarse áspero cuando la mucosa de las vías aéreas se halla tumefacta, esto es, en todos los catarros bronquiales, porque al murmullo vesicular normal se mezcla el ruido de roce que la corriente de aire produce por la vibración de la mucosa bronquial tumefacta.

El ruido vesicular se exagera cuando la respiración es más enérgica en una parte del campo pulmonar, como compensación de la disminución respiratoria en una zona extensa, y esta exageración se llama respiración pueril, porque en los niños el ruido respiratorio normal alcanza gran intensidad.

El murmullo vesicular puede ser entrecortado, lo que revela que la inspiración se hace, no de una vez y de un modo continuo sino, por sacudidas, y este fenómeno se presenta con frecuencia relativa en la infiltración de los vértices pulmonares y reconoce por causa que en los alvéolos infiltrados, por razón del obstáculo que ofrecen a la entrada del aire, éste penetra un momento después que en los que conservan sus condiciones normales. Este retardo, y por lo tanto, la intermitencia del murmullo vesicular desaparece en las inspiraciones profundas.

La espiración, que en el estado normal dura algo menos que la inspiración, y se acompaña de un ruido indeterminado de soplo algo mas áspero que el murmullo vesicular, puede prolongarse hasta durar mucho más que la inspiración y aumentar al mismo tiempo de intensidad: tal ocurre cuando hay obstáculos a la salida del aire sea por la tumefacción de la mucosa de los bronquios, especialmente de los pequeños, o por la pérdida de elasticidad de las vesículas pulmonares.

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La auscultación del ruido respiratorio bronquial

En las inspiraciones fuertes se puede oír perfectamente el ruido bronquial transmitido hasta las vesículas pulmonares; pero no ocurre lo mismo en las inspiraciones normales, porque el tejido pulmonar sano es mal conductor del sonido.

Si este tejido está condensado por hallarse loe alvéolos infiltrados o comprimidos, su conductibilidad para el sonido aumenta, y el ruido bronquial se percibe distintamente en el punta correspondiente.

Se ha explicado también la transmisión del soplo bronquial por el choque de columnas de aire reinante en los bronquios, que corresponden a zonas pulmonares condensadas non la columna de aire inspirado.

Se observa patológicamente el soplo bronquial:

1° En aquellas partes del pulmón donde no penetra el aire, y es tanto más intenso cuanto mayor es la zona afecta del pulmón y menos aire existe en esta zona; por esto es muy notable en el pulmón pneumónico hepatizado. Los bronquios que terminan en la parte pulmonar afecta pueden obstruirse accidentalmente por la secreción de la mucosa y entonces desaparece el soplo bronquial para presentarse en cuanto se expulsan las mucosidades mediante la tos.

2° Cuando existen cavidades pulmonares bastante grandes y superficiales y en comunicación con la tráquea mediante los bronquios que en ellas se abren.

3° Cuando grandes porciones del pulmón quedan desprovistas de aire, como sucede en los exudados pleuríticos y en el pneumotórax. Pero sólo suele presentarse en los casos en que la compresión es moderada y en que el aire puede penetrar por lo menos hasta los bronquios gruesos. El soplo bronquial se percibe en estas circunstancias al nivel de la columna vertebral y no en la parte anterior del pecho, porque se opone a ello la mala conductibilidad de los líquidos o gases interpuestos entre la pared torácica y el pulmón, en tanto que este órgano se apoya contra la columna vertebral, rechazado por los líquidos o gases patológicos.

La respiración bronquial patológica sólo se oye, por lo común, durante la espiración, y citando puede percibirse en la inspiración es mucho más débil. En condiciones especiales el soplo bronquial toma un timbre particular que se llama anfórico porque semeja el que puede producirse soplando en un ánfora o cántaro por la boca: así sucede cuando existen grandes cavidades en el pulmón, y en el pneumotórax. El carácter anfórico del ruido bronquial se explica por la transmisión de las vibraciones del aire contenido en los bronquios, al aire de las grandes cavernas o a los gases que llenan la cavidad pleurítica.

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