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ASPIRACIÓN

Del latín, aspiratio, de aspirare; de ad, a, y spirare, respirar.

Acción, o efecto, de aspirar. || Anhelo, deseo vehemente por alcanzar alguna cosa.

— En Teología mística, afecto encendido del alma hacia Dios.
— En gramática, acción o efecto de aspirar o pronunciar guturalmente.
— En música, nombre que dan algunos al silencio o pausa de fracción de tiempo o parte del compás, o séase desde corchea a abajo.
— En terapéutica, método general empleado para extraer los líquidos patológicos de las cavidades del cuerpo mediante bombas aspirantes.

ASPIRAR: Atraer el aire a los pulmones. || Pretender o desear con ansia algún empleo, dignidad u otra cosa. || Antiguamente, inspirar.

ASPIRADO: En gramática, calificación del sonido o letra que se aspira. || Antiguamente, aspiración.

ASPIRANTE: Que aspira. Úsase más comúnmente en la acepción de pretender. || Empleado sin sueldo, por lo común, pero con opción a él.

* La aspiración en terapéutica
* Casos en que se aplica la aspiración
* Aparatos aspiradores
* Aplicación de los aspiradores en medicina
* Los aspirantes a la judicatura
* Evaluación de los aspirantes a la judicatura
* Aspirantes al cuerpo fiscal

La aspiración en terapéutica

Desde tiempos antiguos se han extraído los líquidos acumulados patológicamente en cavidades naturales o accidentales del cuerpo, para sustraer al organismo de la acción perjudicial de ellos; y con este objeto se utilizaban las aberturas que espontáneamente se hubieran producido en el curso de la dolencia o practicándolas artificialmente. El líquido sale al exterior por la reacción elástica de las paredes de la cavidad, y se favorecía además, cuando era posible, por presiones metódicas de la mano del médico.

La aspiración constituye un progreso positivo en cuanto la evacuación es más completa, no exige la compresión, a veces molesta dolorosa y perjudicial de las partes blandas, y sobre todo porque evita la penetración del aire atmosférico y la de sus principios, capaces de provocar la inflamación.

Las aplicaciones terapéuticas de la aspiración son muy numerosas; además, la punción seguida de aspiración puede decidir en numerosos casos el diagnóstico, mostrando por ejemplo si se trata de una neoplasia o de una colección líquida en las partes profundas, si el líquido es seroso, sanguíneo, purulento, etc.

Pueden extraerse con facilidad por la aspiración los líquidos serosos, sero-purulentos, purulentos y humorrágicos de las grandes cavidades articulares, de las cavidades serosas, de las bolsas mucosas y de las vainas tendinosas; también pueden vaciarse, repitiendo la aspiración tantas veces como sea necesario, los abscesos del tejido celular, de los músculos, de los huesos y de los órganos parenquimatosos, como el hígado, el bazo, los pulmones y hasta el cerebro.

Como ya hemos indicado, la aspiración se completa muchas veces con la inyección de diversos líquidos en la cavidad que se ha vaciado, con objeto de modificar sus paredes, bien determinando en ellas una ligera inflamación, bien desinfectándolas, para disminuir su secreción o cambiar las propiedades del líquido agregado. Los líquidos que se emplean son disoluciones de alcohol, de iodo, de ácido fénico, de ácido bórico, de bórax, de sublimado corrosivo, de sulfato de cobre, de vino aromático, etc.

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Casos en que se aplica la aspiración

El Dr. Dieulafoy, que presentó en 2 de noviembre de 1869 a la Academia de Medicina de París un estudio muy completo sobre el método de la aspiración e inventó aparatos aspiradores exponiendo sus múltiples aplicaciones, recomendó también la aspiración para evacuar los gases en los casos de hernia estrangulada. De 27 casos, en 20 la aspiración del contenido intestinal, después de ensayada infructuosamente la taxis, dio por resultado la reducción de la hernia; en los 7 restantes fue preciso la herniotomía, curando 4 enfermos y muriendo 3 sin que la aspiración comprometiera en lo más mínimo los resultados operatorios. Doutrelpont rechaza la aspiración cuando no está indicada la taxis de la cual considera un auxiliar la aspiración, y Madelung y Bayer confirman este modo de ver.

Cuando hay imposibilidad absoluta de evacuar la vejiga por el cateterismo, se ha recomendado la punción aspiradora por el hipogastrio mediante el aspirador de Dieulafoy, practica completamente inofensiva y que puede llenar indicaciones vitales.

Es aplicación muy común del método aspirador su empleo para evacuar los derrames pleuríticos; las observaciones de Bowditch, Dieulafoy, Magna y Rasmnssen, Quincke, Fraentzel, Lebert y Tutschek, etc., acreditan brillantemente la aplicación del método aspirador a estos casos. Sin embargo se le ha achacado la transformación purulenta del exudado y su impotencia para curar los derrames purulentos, aun cuando la aspiración sea seguida de inyecciones.

La primera objeción no es fundada si la aspiración se practica con un aparato que impida en absoluto la entrada del aire en la cavidad pleurítica, y con precauciones antisépticas; cuanto a la segunda, se puede responder que la incurabilidad por la aspiración de muchos derrames purulentos no arguye la inutilidad de su aplicación, pues presta servicios reales, si bien puede ser mas ventajosa la pleurotomía con o sin resección de costilla.

Se ha practicado también la aspiración de los derrames pericardíacos, sin que aun sea posible formar juicio exacto sobre los resultados; pero el peligro inminente de la vida por la abundancia del derrame justifica su aplicación.

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Aparatos aspiradores

Aparatos con los que se produce una absorción de aire o de otro gas cualquiera. En Física y en Química es muy frecuente el uso de aspiradores para hacer pasar una corriente de gas por un tubo o por una vasija.

Un aspirador se forma por regla general, con un frasco lleno de agua y provisto de dos bocas con sus llaves respectivas; una en la parte inferior por la cual sale el líquido y otra en la parte superior que está en comunicación con el tubo o vasija por la cual se quiere hacer pasar la corriente de aire o de un gas especial.

Abriendo la llave de la parte inferior del frasco aspirador, sale por ella el agua, pero no sin que por la parte superior entre un gas a llenar el espacio que va quedando vacío, efectuándose así la aspiración o absorción cuyo efecto se utiliza.

Existen aspiradores de doble efecto, de inversión alternativa y en los cuales la misma cantidad de líquido sirve indefinidamente.

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Aplicación de los aspiradores en medicina

En Medicina tienen gran aplicación ciertos aspiradores. La aplicación terapéutica de estos instrumentos no es invención moderna; en obras antiguas se encuentra la descripción de una jeringa aspirante terminada en una cánula larga con la cual se aspiraban los líquidos morbosos del organismo; dábasela el nombre de pyulcon (del griego, pus y saco, extraigo).

A mediados del siglo xvii reaparece el uso de los pyulcos, utilizados por Scuttet, Juan de Vigo, Pedro Dionis, etcétera, en el tratamiento de los derrames pleuríticos. En 1700 publicó Anel el Arte de chupar las heridas sin recurrir a la boca. En 1769 describe Ludwig una máquina inventada por Breuer para aspirar los líquidos derramados en el pecho. En las obras de esta época y particularmente en la de Juan Andrés de la Cruz hay muchos dibujos que representan pyulcos y jeringas aspiradoras de distintas formas.

Los aspiradores cayeron en desuso hasta las investigaciones de Julio Guerin que utilizó el vacío en el tratamiento de las heridas en su método neumático o aspirador. Aunque más tarde varios distinguidos médicos han practicado la aspiración por medio de bombas aspirantes, más o menos perfeccionadas, es justo consignar que la aspiración se ha generalizado por los serios y perseverantes trabajos de Dieulafoy.

Compónense los aspiradores de reservorios depósitos en que se hace el vacío y de trócares o cánulas en comunicación con ellos mediante tubos de goma y que se introducen en las cavidades que se trata de vaciar. Se hace el vacío, bien por un émbolo, y así funciona el aspirador de Dieulafoy lo mismo el de simple efecto que el de doble efecto, o bien por una bomba aspirante, como en el aspirador de Potain que hace el vacío en un depósito en comunicación con ella o bien finalmente elevando la temperatura de un depósito que se enfría en seguida.

Los trócares son de dos especies: o agujas perforadas, de calibre variable que penetran fácilmente en los tejidos, pero que presentan la desventaja de que su punta quede en contacto con las paredes de la cavidad; o trócares cuyo punzón puede retirarse después de introducidos en la cavidad, dejando sólo la cánula.

El modelo de aspirador de Dieulafoy construido por Mathieu, consta de un depósito cilíndrico de cristal con guarniciones metálicas en el que se mueve un émbolo mediante una cremallera. Al cilindro se adaptan tres tubos, cada uno con su llave. Cerradas éstas, se hace el vacío en el cilindro elevando el émbolo; entonces se introduce en la cavidad que se intenta vaciar una aguja trócar que sea adaptada a uno de los tubos, y abierta la llave correspondiente, el líquido de la cavidad pasa a ocupar el cilindro vacío. Si no se ha aspirado todo el líquido, se cierra la llave del tubo adaptado al trocar y se abre la de otro tubo que sirve para vaciar el cilindro. La operación se repite cuantas veces sea necesario. El tercer tubo sirve para inyectar en las cavidades los líquidos que se juzguen necesarios.

Aparte de detalles de construcción, casi todos los aspiradores tienen un mecanismo análogo.

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