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ARMAMENTO

Aparato y prevención de todo lo necesario para la guerra. || Conjunto de armas de todo género para el servicio de un cuerpo militar.

En la marina, provisión y equipo de un buque de todo lo necesario a su subsistencia, maniobra y seguridad para que pueda cumplir en la mar la comisión a que se le destine, ya sea militar, comercial o mixta. || Reunión de buques de guerra sin constituir unidad técnica, o sea escuadra o división. || Conjunto de los efectos que han de servir para armar uno o varios buques (almacenes de armamentos en los arsenales).

ARMAMENTO PORTÁTIL: Llámase así, en los buques de la marina al conjunto de armas de fuego y blancas que por reglamento corresponde a cada uno para armar la tripulación.

ARMAMIENTO: Antiguamente, armamento.

* El armamento en la artillería militar
* El armamento en la marina
* Armamento en los buques de guerra
* Embarque del material de armamento de un buque de guerra
* Armamento de buques mercantiles en tiempos de paz
* Armamento de buques mercantiles en tiempos de guerra
* Armamento en corso
* Armamento en corso y mercancía

El armamento en la artillería militar

El armamento de una plaza es el aparejo o prevención de cuanto necesita para sostener un sitio. Los ingenieros distinguen el armamento llamado de seguridad del armamento de defensa; aquél es menos completo que éste.

El armamento de los jefes y oficiales del ejército es la espada o sable y el revólver. Los sargentos conservan el uso del sable como distintivo de mando, honor y premio. El armamento de las clases de tropa es el fusil y tercerola sistema Remington y las espadas, sables, machetes, bayonetas, lanzas y alabardas, según las armas, cuerpos e institutos.

Los jefes y oficiales deben proveerse de sables o espadas de la fábrica de Toledo. El revólver pueden adquirirlo de la industria particular. Se ha autorizado el uso del revólver sistema Smith Wesson cuyas dimensiones permiten acomodarlo en la funda de reglamento; pueden, sin embargo, usarlo del modelo que prefieran dentro de las condiciones reglamentarias. Lo llevan sólo en marchas, campaña y servicio de armas.

El Estado provee de armas a la tropa. Cada cuerpo o instituto extrae de los parques el número de sables y machetes correspondientes a sus plazas reglamentarias. La duración del armamento de fuego se ha fijado en 25 años, reemplazándose cada 10 y sin cargo al soldado la caja, muelle real, el del alza y el extractor, y dos veces la baqueta durante el total período de tiempo.

En Cuba, Puerto Rico y Filipinas la duración del armamento es de 20 años y son también más cortos los plazos para la reposición de las piezas. La dotación de armamento para la infantería es de 12% menos de la fuerza de cada cuerpo. Los de caballería pueden extraer de los parques un 2% más del número de sables, y uno del de astas de lanzas de dotación para que puedan hacer por sí las pequeñas recomposiciones que ocurran.

Se han dictado reglas e instrucciones para la mejor conservación de: armamento. Para preservar del polvo las de fuego se emplea un tapón, que no se usa en los actos de servicio, y sí sólo en el cuartel y en las marchas. Para evitar el desgaste del baquetero se reviste con badana el botón del portafusil.

El armamento no debe salir del Cuerpo que lo tenga a su cargo ni dejarse parte de él en los peritos de tránsito en las marchas.

Al año de estar usando un cuerpo armamento nuevo, debe dar cuenta de sus condiciones y resultados. En el mes de diciembre de cada año las Direcciones generales deben dar parte a la de artillería de las armas que hayan cumplido su tiempo de duración para que se verifique el cambio. En caso de perderse o deteriorarse armamento en función del servicio, naufragio o incendio, se forma expediente justificativo del suceso. La entrega, cambio devolución de armas se dispone de real orden, solicitada por la Dirección general respectiva, salvo cuando se trata de armar cuerpos de nueva creación, de reducir o disolver alguno, pues entonces los capitanes generales y las autoridades de artillería pueden desde luego disponerlo.

Los cuerpos deben cuidar sus armamentos con el mayor esmero; los jefes y oficiales son personalmente responsables de las faltas o deterioros que por su culpa no se hayan justificado en tiempo hábil. Cuando en la entrega de armas para su recomposición se presentan de modelos no reglamentarios, se forma expediente en averiguación de su procedencia. Todos los meses se pasa revista ordinaria de armas dentro del cuerpo con asistencia del armero, y todos los años una general y extraordinaria en el mes de diciembre, a excepción de los años en que se pasa revista de inspección.

Los transportes de armas tanto de las entregadas definitivamente por los cuerpos, como las que éstos reciben, se hacen por cuenta de la Administración militar. Cuando la tropa viaja por ferrocarril ha de llevar las armas descargadas.

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El armamento en la marina

El armamento, respecto al material, se compone de tres partes principales: arboladura, cargos, y aparejo.

La arboladura, en caso de armamento, comprende todos los palos que no van fijos al casco, así como las vergas, tangones y botalones, cuyos efectos se hallan en el arsenal en un almacén particular para cada buque y se sacan y acomodan o arman en el acto del armamento.

En estos últimos tiempos, y la evolución restrictiva continúa cada vez más evidente, se ha disminuido por modo extraordinario la arboladura de los buques y por consiguiente su importancia como detalle del armamento: los de vela han quedado casi reducidos a servir al comercio de cabotaje y a escuelas de marinería, pues todas las industrias navales, hasta la pesca de la ballena en el Norte y la de salazones en Terranova, adoptan ya el vapor como agente propulsor de sus naves; los buques de guerra evitan la arboladura para quitar blancos al enemigo, llevando los modernos de combate sólo algún palo militar para izar señales y para que su cofa sirva de emplazamiento a cañones de tiro rápido o ametralladoras, y de puesto de observación a los vigías; y asimismo los mercantes, cuya mira principal es hoy la velocidad, llevan nada más que la indispensable para mantener velas que les permitan gobernarse en casos de averías en la máquina a la que fían y de la que esperan los verdaderos éxitos mercantiles.

Los cargos, que en caso de armamento han de pasar al buque, comprenden todos aquellos materiales de uso inmediato o de respeto que son indispensables a la subsistencia y seguridad del buque lo mismo para su autonomía ordinaria que para los accidentes fortuitos que pudieran ocurrirle en la comisión que va a emprender; en ellos van incluidos, ase en término general, las materias primeras como las piezas de ajuste, el carbón y las sustancias lubricadoras y estopas para la máquina, las cartas, cronómetros y demás instrumentos de navegación, los víveres y medicinas, y en ellos figuran también el alquitrán, las pinturas conservatrices, lonas y maderas de respeto, goma en tubo y plancha, hierro, cobre y bronce, máquina destiladora para convertir en potable el agua del mar si se agota o inutiliza la provisión contenida en los barriles y aljibes, cuanto se considera necesario, en una palabra, para hacer frente a las múltiples necesidades y accidentes que puede afrontar un buque en un tiempo determinado y teniendo en cuenta la misión que ha de cumplir y el número de tripulantes que ha de llevar.

Constituyen el aparejo las velas, cabullería y motonería necesarias para la marcha regular del buque en tanto sea el viento su propulsor; del aparejo puede decirse, como de la arboladura, que cada día disminuye su importancia, considerándolo en general, tanto por el incremento que el vapor adquiere en la navegación cuanto porque la jarcia de alambre, tan extendida ya, simplifica mucho el número y la influencia de las partes constitutivas del aparejo.

El personal que lleva un buque y que es otro de sus componentes principales, sufre también notables cambios cuando aquél pasa al estado de armamento aumentando en número y calidad, como veremos en el lugar correspondiente.

Estas consideraciones son aplicables a todos los buques que se van a armar; pero esta operación presenta diferencias esenciales si se refiere a los de guerra o a los mercantes como las presentan éstos entre si bajo este aspecto, pues ellos tienen el armamento equipo para paz y para guerra, construyéndolos hoy ya para el comercio, pero dispuestos de modo que en breve plazo y con escasas reformas puedan ser armados en guerra como avisos, cruceros o transportes.

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Armamento en los buques de guerra

Se verifica en un arsenal del Estado que cuenta, de modo permanente, con cuantos elementos de material y personal son necesarios para verificar tan importante operación.

Los buques de la marina militar, desarmados en cualquiera de los grados que esa situación comprende, se hallan situados en uno de los tres arsenales (Cartagena, Carraca, Ferrol) y allí, en sus correspondientes almacenes, se custodian los efectos propios del buque que, como hemos indicado ya, no se hallan a bordo.

Con la orden de armamento, dada por el Ministro del ramo en nombre del jefe del Estado, se nombra el comandante, pues antes lo mandaba un oficial de categoría inferior a la que corresponde al buque armado, y varios oficiales aumentándose también la marinería; el mando, según la importancia del buque, puede confiarse desde un alférez de navío, lanchas cañoneras o cañoneros chicos, hasta a un oficial general de la clase de capitán de navío de primera clase (asimilado a brigadier de ejército), que en otras Marinas no puede mandar más que colectividades tácticas como sucede aquí con los demás generales de la Armada que nunca pueden mandar buques sueltos.

El personal, que va embarcando sucesivamente, consta de plana mayor, jefes y oficiales; clases, maquinistas, sargentos y sus asimilados; maestranza, carpintero, herrero, calafate, etc., y tropa y marinería.

Si el mando del buque corresponde a capitán de navío de segunda clase (asimilado a coronel de ejército), éste elige en seguida y propone a la superioridad para que lo confirme, un segundo que ha de ser espitan de fragata (asimilado a teniente coronel) y un oficial de derrota, encargado de los cronómetros, demás instrumentos y cartas, que suele ser el teniente de navío (capitán) mas antiguo entre los embarcados. Nómbrase un contador y algunos otros oficiales, cuyo número varía según el total que corresponde al buque, y se procede a disponer éste para recibir el material de manera que coincida el embarque del último hombre con el del último efecto.

A bordo el comandante es el jefe supremo, el segundo es el encargado del régimen interior y del detalle bajo la dirección de aquél, y el tercero es el responsable directo de que se cumplan las órdenes de los otros dos, teniendo cada oficial y todos los restantes su misión especial dispuesta ya de antemano en los reglamentos correspondientes.

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Embarque del material de armamento de un buque de guerra

En cada arsenal existen secciones diferentes que dependen todas del Jefe de armamentos, cada una de las cuales y por orden del capitán general del Departamento, transmitida por el conducto de ordenanza, abre un registro en el que consta todo lo que entrega al buque que se está armando, en el cual cada oficial de cargo lleva un duplicado, que es la hoja de cargo, de aquel registro, y cuando está completo el suyo, según su reglamento, lo cierra, quedando responsable del contenido, por cuya responsabilidad percibe una gratificación.

La mayoría general del Departamento entrega las cartas, derroteros e instrumentos náuticos necesarios al buque; por el fondo económico de éste, que es una cantidad que se administra a bordo bajo la inspección de una junta especial, se adquieren los impresos de contabilidad y otros, además de varios útiles reglamentarios, haciéndolo constar todo en una lista circunstanciada que queda en poder del comandante.

La operación de armar un buque de guerra es delicadísima, costosa y a veces muy larga, pues no solamente es preciso proveerlo de múltiples y heterogéneos cargos, sino que hay necesidad también de estivarlos convenientemente, en orden y con precaución, y de hacer después pruebas, en mar y en puerto, ante comisiones técnicas especiales, de la máquina, de la artillería, de los torpedos, aparejo, etc., que sirvan para garantizar el regular funcionamiento de todos esos aparatos, quedando después responsables de lo que ocurra las autoridades de a bordo, y en su representación el comandante, que mientras duran las pruebas tiene el derecho de reclamar ante el general jefe del arsenal donde ellas se verifican: en cuanto terminan se embarca el completo del personal, los víveres, medicamentos y municiones, si no lo estaban ya, y el buque queda armado y listo para cumplir comisión.

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