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ANESTESIA

Pérdida o disminución notable de la sensibilidad.

ANESTESINESIA: En patología, falta de sensibilidad y movimiento en una parte u órgano.

ANESTÉSICO: Perteneciente o relativo a la anestesia. || Lo que puede producir anestesia o insensibilidad.

El grupo de los anestésicos en Terapéutica está constituido por sustancias que, introducidas en la sangre, mediante la respiración, producen la insensibilidad, la resolución muscular, la pérdida total del conocimiento, a dosis inofensivas para le salud general. En la práctica solo se han generalizado hasta el día el cloroformo y el éter.

ANESTESÍMETRO: Instrumento destinado a determinar el grado y extensión de la anestesia. También se llaman anestesímetros los aparatos que sirven para medir la cantidad administrada de un anestésico. El del doctor Legroux consiste sencillamente en un frasco graduado, provisto de una bola de caucho y un tubo de vidrio, por medio de los cuales se vierte un gramo de cloroformo cada vez.

* La anestesia según la patología
* Causas de la anestesia
* Síntomas de la anestesia
* Pronóstico y tratamiento de la anestesia
* La anestesia obstétrica
* La anestesia quirúrgica
* Anestesia clorofórmica en cirugía
* Cuidados de la anestesia clorofórmica quirúrgica
* Anestesia por inhalaciones de éter en cirugía
* Anestesia mixta en cirugía
* Zona manejable de los anestésicos
* Historia de los anestésicos quirúrgicos
* Investigación científica de los anestésicos
* Clasificación de las sustancias anestésicas
* Anestésicos derivados de hidrocarburos
* Otros anestésicos
* Sustancias inorgánicas usadas como anestésicos
* Anestésicos locales

La anestesia según la patología

Todos los tejidos dotados fisiológicamente de sensibilidad pueden perderla en todo o en parte, en el estado morboso; y la anestesia puede recaer sobre todas las formas de sensibilidad.

Sin embargo, se reserva la denominación de anestesia para aquellas formas de sensibilidad que no tienen nombre particular; así vemos que la insensibilidad para el dolor se llama analgesia, la de la vista amaurosis, la del oído disecia o cofosis, según sea completa o incompleta, la del olfato anosmia, la del gusto ageusia y a la insensibilidad genital anafrodisia.

La insensibilidad moral o afectiva, o sea la pérdida del poder de experimentar emociones por los excitantes fisiológicos, suele llamarse, aunque un tanto figuradamente, anestesia efectiva y anestesia moral a la pérdida del sentido de este nombre.

La carencia de ciertas sensaciones internas, la del hambre, anoresia, la de la sed, adipsia o aposia si es completa y oligoposia si incompleta, son también formas particulares de anestesia.

La pérdida del sentido muscular no tiene nombre particular, así como tampoco la de otras formas de sensibilidad especial; la sensibilidad para las impresiones caloríficas y la pérdida de ellas se llama anestesia térmica.

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Causas de la anestesia

La causa de la anestesia puede residir en el sitio afecto, en un punto cualquiera del trayecto de los nervios o del trayecto de las fibras nerviosas, en la médula espinal o en el encéfalo, y en atención al sitio de la causa, la anestesia se divide en periférica, espinal o cerebral.

Se producen las anestesias periféricas cuando los órganos receptores periféricos de las fibras nerviosas y sensibles pierden su excitabilidad: así vemos producirse una anestesia cutánea que depende de la alteración de los órganos terminales de los nervios sensibles, por la refrigeración de la piel mediante la acción local del éter o de sustancias análogas, por la acción del frío intenso, de ácidos y de álcalis cáusticos y de ciertos remedios narcóticos (morfina, atropina, etc.).

A este orden de anestesias corresponde la que se observa en las lavanderas cuyas manos y antebrazos están expuestos casi todo el día a la influencia del frío, de la lejía, etc.; y las anestesias que derivan de los trastornos de la circulación cutánea, como por ejemplo la anemia espástica, producida por la contracción espasmódica de las arteriolas, que se declara algunas veces en las manos.

También corresponden a las anestesias periféricas las debidas a lesiones de la conductibilidad de los cordones nerviosos y que dependen de las lesiones más diversas. Las acciones traumáticas, la compresión de los nervios por neoplasmas, exudados, cuerpos extraños, etc., y las inflamaciones de los nervios son las cansas más habituales de esta forma de anestesias que se limitan, ordinariamente, al territorio de inervación de uno o varios nervios determinados.

Las anestesias espinales se observan con mucha frecuencia en las enfermedades de la médula espinal, principalmente en la tabes dorsal o esplerosis posterior, que ataca preferentemente las raíces, los cordones y las astas posteriores de la médula. Igualmente suele observarse en las inflamaciones difusas, agudas y crónicas de la médula espinal, en los casos de compresión de la médula y en los tumores del mismo órgano. Por regla general estas anestesias son bilaterales (paranestesia).

Es una idea generalmente extendida, aunque no positivamente demostrada, que la sustancia gris de la médula es la conductora principal de las impresiones dolorosas, y la sustancia blanca de los cordones posteriores, la de las impresiones táctiles, opinión emitida por Schiff, y en consecuencia cuando se trata de una analgesia espinal se piensa en primer término en una alteración de la sustancia gris medular.

Las anestesias cerebrales se encuentran, sobre todo, en las hemorragias, los reblandecimientos en foco y los tumores localizados en las partes posteriores de la cápsula interna; pero es evidente que la conducción puede ser interrumpida en el cerebro en cualquier punto del trayecto de las fibras sensibles.

Cuando la anestesia afecta a una mitad lateral del cuerpo, lleva el nombre de hemianestesia, que se produce cuando la lesión recae en un punto más alto del cruzamiento total de los conductores de sensibilidad, por lo cual se presenta la anestesia en el lado opuesto a la lesión cerebral.

En las formas graves de histerismo suelen existir anestesias cerebrales muy extensas y pronunciadas. Las producidas por los anestésicos y narcóticos (cloroformo, éter, alcohol, morfina, bromuro de potasio, etc.), se explican por la acción de estas sustancias sobre el sistema nervioso central.

A consecuencia de ciertas enfermedades agudas, como el tifus, la difteria y otras infecciones, suelen observares anestesias de mayor o menor extensión, cuyo origen periférico o central no está exactamente determinado. Según Fournier, en el período secundario de la sífilis se pueden observar zonas anestésicas ordinariamente de poca extensión, en el dorso de la mano y en el pecho.

Todas las formas de asfixia, propiamente dicha, producen, en las fases terminales, anestesia, y en algunas intoxicaciones, especialmente en la saturnina, la anestesia figura con mucha constancia en el cuadro sintomático.

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Síntomas de la anestesia

Los síntomas de la anestesia son subjetivos, aun cuando pueden inducirse por las manifestaciones exteriores.

En la anestesia cutánea, por ejemplo, advierten los enfermos que en ciertos sitios del cuerpo no sienten como antes la presión de los vestidos, el peso de las cubiertas de le cama, etc.

La anestesia de las manos se revela porque algunas funciones habituales de ella están más o menos impedidas: los objetos pequeñas se caen de las manos; la escritura, la costura y otros ejercicios son muy difíciles o imposibles, y cuando el enfermo separa la vista de la mano ya no sabe si tiene o no en ella la pluma, la aguja o cualquier otro objeto.

Zonas muy extensas de anestesia pueden existir sin que el enfermo lo advierta en mucho tiempo, como ocurre en muchas histéricas, y en todos los casos de afectos nerviosos el médico debe investigar por sí mismo el estado de la sensibilidad en todas sus formas.

Las anestesias se combinan frecuentemente con sensaciones subjetivas anormales (parestesias). Los enfermos experimentan en estos casos en las zonas anestésicas, hormigueo, punzadas, sensación de embotamiento, etc.; más curioso es aún que los enfermos presenten dolores muy vivos en sitios de la piel donde la insensibilidad para las excitaciones exteriores más violentas es completa, lo cual depende de irritaciones anormales del nervio sensible en un punto más alto de aquél en que su conductibilidad está interrumpida.

La anestesia va acompañada, muchas veces, con anomalías de la movilidad, de las acciones reflejas y con toda clase de alteraciones vaso-motoras y de trastornos tróficos. Suelen observarse quemaduras, heridas, etc., en los puntos heridos de anestesia, porque el enfermo, no advertido por el dolor, no impide a tiempo las causas de destrucción; esto es muy común en la anestesia completa de las manos.

La anestesia, por completa que sea, no impide la movilidad voluntaria; pero si el enfermo cierra los ojos, cuando la anestesia afecta a las partes internas (articulaciones y músculos), los movimientos son inciertos, porque los enfermos pierden la conciencia exacta de la dirección de la fuerza y de la extensión de los movimientos que ejecutan.

Si la anestesia es sumamente extensa y alcanza a formas especiales de sensibilidad, puede producir estados particulares en el sensorio. Se refiere la observación de casos de anestesia total de la superficie cutánea, combinada con ceguera y sordera unilaterales; sustrayendo al enfermo a los excitantes externos por la oclusión del ojo y del oído sensibles, se le podía dormir profundamente a voluntad.

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Pronóstico y tratamiento de la anestesia

Como la anestesia no es más que un síntoma, su pronóstico y su tratamiento dependen de la lesión o afecto fundamental.

Sólo indicaremos como tratamiento dos procedimientos generales aplicables a casi todas las anestesias, algunas de las cuales, si dependen de lesiones destructoras irremediables, no pueden curarse por medio alguno. Aquellos procedimientos son las aplicaciones eléctricas y las fricciones excitantes.

Se tratan las zonas insensibles por la corriente farádica usando los electrodos ordinarios, o mejor aún, el pincel farádico, o bien con el electrodo negativo de la corriente galvánica, pasando y repasando el electrodo sobre la piel durante algunos minutos. Puede notarse el alivio en la primera sesión, y en muy poco tiempo pueden ser curadas las anestesias histéricas.

Las fricciones excitantes se hacen con alcohol alcanforado, esencia de mostaza, éter fórmico, esencia de serpol, cuya acción puede ayudarse con baños duchas locales.

Es muy problemática la acción de los remedios internos, nuez vómica, estrignina, valeriana, etc.

Ciertas zonas anestésicas deben ser protegidas muy especialmente contra las injurias exteriores: el ojo, en la anestesia del trigémino.

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