Archivo de la categoría: Altar

ALTAR

Del latín, áltar; de altos, alto.

— Monumento dispuesto para inmolar la víctima y ofrecer el sacrificio, en todas las religiones.
— En el templo católico, ara o piedra consagrada sobre la cual extiende el sacerdote los corporales para celebrar el santo sacrificio de la misa.
— Por extensión, lugar levantado y en forma de mesa mucho más larga que ancha, ya de madera, ya de mármol, ya de fábrica, donde se coloca dicha ara o piedra consagrada.
— Retablo.
— El servicio de Dios, el estado eclesiástico, el sacerdocio.
— El Poder eclesiástico, la Iglesia. En esta acepción se suele oponer a El Trono para distinguir ambos poderes.

— En astronomía, ara.
— En minería, piedra que separa la plaza del hogar en los hornos de reverbero. Llámase también fuente y tranco.

* Tipos de altares
* La palabra altar en frases figurativas y refranes
* Los altares en arquitectura
* Los altares en la iglesia
* El altar en la historia eclesiástica y la liturgia
* Disposiciones de la iglesia respecto a los altares
* Características de los altares en la Edad Media
* Los altares en las festividades cristianas
* Altar mayor
* Altar de ánima o privilegiado
* Altar portátil

Tipos de altares

ALTAR A LA ROMANA: El que está aislado en el coro de una iglesia.

ALTAR COLATERAL: El que está a uno de los lados del crucero o en el fondo de las naves colaterales.

ALTAR MAYOR: El que está en la nave principal de una iglesia, donde, por lo regular, se coloca el Santo titular. Se sitúa sobre una plataforma de algunos escalones, y suele estar aislado.

ALTAR DE ALMA, DE ÁNIMA O PRIVILEGIADO: El que tiene concedida indulgencia plenaria en favor de las almas del Purgatorio para las misas que se celebran en él.

ALTAR DE PROTESÍA: Este nombre dan los griegos a una mesa pequeña a modo de credencia, donde se bendice el pan que luego se lleva al altar para la consagración en la misa.

ALTAR RESCATADO: Como la palabra altar ha solido significar por sinécdoque la iglesia, se daba este titulo en la Edad Media a las iglesias parroquiales que pagaban cierto tribute al Obispo con el nombre de altarium redemptio.

Volver a ALTAR – Inicio

La palabra altar en frases figurativas y refranes

LEVANTAR UN ALTAR ENFRENTE DE OTRO ALTAR, o simplemente ENFRENTE DE OTRO: Producir un cisma; y, por extensión, declararse hostil a alguna persona o Institución de crédito y pujanza, procurando desbancarla por los mismos medios que emplea aquélla para conservar su prestigio.

NO QUERER ESCUPIR EN EL CANCEL, Y ORINARSE EN EL ALTAR MAYOR: Satiriza a los hipócritas, que hacen asco de incurrir en una falta leve, mientras no tienen empacho en cometer otra que sea grave.

SOLO FALTA PONERLO EN UN ALTAR: Se dice de la persona cuyas virtudes se ponderan en alto grado.

VISITAR LOS ALTARES: Hacer oración vocal delante de cada uno de varios altares.

Volver a ALTAR – Inicio

Los altares en arquitectura

Los altares han sido conocidos por todos los pueblos, y empleados en todas las religiones bajo distintas formas y diversos usos.

Los de los egipcios eran monolitos de granito o basalto, en forma de cono truncado, y vaciados como un embrido por su remate superior y todos estabas situados en los santuarios.

Entre los griegos había diversidad de altares en que ofrecían sacrificios a sus falsas deidades. Los destinados a los dioses superiores o celestes colocábanse en alto; a la altura ordinaria los ofrecidos a los dioses de la tierra, y los de los dioses infernales se colocaban en un hoyo bajo el nivel del suelo.

Variaban mucho en su forma y materiales. Los altares de los romanos eran en general pedestales cuadrados, llenos de adornos e inscripciones; se colocaban en las casas particulares para honrar los dioses domésticos y en todos los sitios de espectáculos. En los templos ponían tres, uno en el santuario, al pie de la estatua de la divinidad para colocar las ofrendas y quemar incienso; otro a la puerta del templo para los holocaustos, y un tercero, portátil, llamado anclabris, que servía para tener los vasos sagrados.

Los cristianos consideran como el primer altar la mesa del Cenáculo en que Jesucristo instituyó la Eucaristía; en memoria de esta sagrada institución se da a los altares la forma de ese mueble, y son designados muy a menudo en los libros litúrgicos con la palabra mensa.

Los primeros altares en las Catacumbas fueron los sepulcros de los mártires, y se llamaron martyrium, titulus, testimonium y confessio.

Hasta el tiempo de Constantino los altares fueron de diversas materias, como oro, plata, piedra y madera; pero desde el principio del siglo los Concilios prohibieron que se hiciese de este último material, y en el vi ordenaron que sólo se consagrasen los construidos de piedra.

En Oriente, y en particular en areoia, han conservado los altares la forma tradicional de la mesa, haciéndolos de una tabla, por lo general de mármol, sostenida sobre cuatro pies, uno en cada esquina, o sobre uno solo central. En Occidente, al contrario, se conservó la forma del sarcófago de las Catacumbas; pero no prevaleció constantemente, sino que también se empleó la de mesa, o sea un tablero sostenido por columnas y hueco por debajo, en un todo semejante a las mesas comunes.

La ornamentación de unos y otros, que es lo que caracteriza los de las distintas épocas y estilos, es la arquitectónica e iconográfica propia del estilo arquitectónico general imperante, y por su medio se pueden clasificar fácilmente.

Volver a ALTAR – Inicio

Los altares en la iglesia

Durante muchos siglos no hubo en cada iglesia más que un solo altar, pues aunque se tiene noticia de algunas que tenían varios, se cree que estarían colocados en distintos ábsides o disposición que se conservó durante toda la Edad media.

Asimismo todos los altares estaban aislados, y de ningún modo arrimados a la pared; de modo que se podía andar alrededor de ellos libremente, recomendable práctica caída en desuso en el siglo xvi, en que se construyeron altares arrimados a los machones, y luego se extendieron por los muros al rededor de la iglesia.

Los primeros altares estaban coronados por un baldaquino llamado eiborium, compuesto de una pequeña cúpula sostenida por cuatro columnas colocadas en los ángulos y guarnecido con ricas cortinas de púrpura o brocado, destinadas a cubrir el altar en el momento en que se celebraban los misterios cristianos, cuando no se cerraba todo el ábside con una gran cortina, como se hacía otras veces y continúa haciéndose en Oriente.

El uso del baldaquino se propagó por toda la Edad Media, durante el período ojival, y hasta el Renacimiento en que fueron destruidos todos o la mayor parte de ellos.

Algunas veces el baldaquino no se apoyaba en columnas, sino que estaba suspendido de la bóveda del ábside por medio de una cadena, y otras estaba sujeto por la parte posterior de una manera idéntica a los doseles de hoy día, disposición que tenía el cimborrio del altar mayor de la catedral de Santiago, cuya tradición se conserva en el pesado dosel de madera con que se le sustituyo en los tiempos del churriguerismo.

Como ya queda dicho, hasta el siglo xiii estuvo el altar colocado, no al fondo del ábside, sino en la embocadura o en el medio del crucero, y en él celebraba el sacerdote el Santo Sacrificio de la misa con la cara vuelta al pueblo, como todavía lo hace el papa en el altar pontifical da San Pedro, y al revés de lo que se practica actualmente en todas las iglesias.

Mientras este uso permaneció, el retablo no tenía razón de ser, y aun después de colocado el altar en el fondo del ábside no se vio comúnmente y por mucho tiempo otra cosa detrás de él que los muros pintadas o cubiertos de tapices, cuando las ventanas dejaban sitio para ello, y no reemplazaban completamente a los muros, como empezó a suceder en el siglo XIV, sin dejar otros macizos que los indispensables para sostener la fábrica.

Ya en el siglo xiii comenzáronse a colocar en algunas iglesias retablos; pero hasta el xv no se hicieron generales. Entonces se cegaron bellísimas ventanas, y muchos ábsides, antes rodeados de columnas, quedaron cerrados con paredes levantadas para colocar los dichos retablos.

Volver a ALTAR – Inicio