Archivo de la categoría: Alfabeto

ALFABETO

Del latín, alphabetum.

Se da el nombre de alfabeto a la serie de caracteres que representan en la escritura de un pueblo los sonidos simples y los articulados del idioma.

Derívase esta voz de las dos primeras letras de la escritura griega, alpha y betha, con cuyos nombres se designó el conjunto de las letras usadas por los griegos, y de los cuales han tomado la misma denominación las series de signos gráficos usadas por los pueblos latinos.

Como sinónimas de esta palabra usánse las voces abecedario y alefato. La primera, derivada del nombre de las tres primeras letras latinas A, B, C, aplícase al alfabeto romano y a los que de él se originaron. La segunda, derivada de alef, primera letra hebrea, se aplica a los alfabetos de la lengua hebrea, de la árabe y de algunas otras orientales.

ALFABÉTICO: Perteneciente o relativo al alfabeto.

* El alfabeto desde el punto de vista fónico
* Las vocales del alfabeto desde el punto de vista fónico
* Las consonantes del alfabeto desde el punto de vista fónico
* El alfabeto desde el punto de vista gráfico
* El alfabeto ideográfico
* Fonetización de las figuras ideográficas del alfabeto
* Orígenes de los diferentes sistemas alfabéticos
* El alfabeto egipcio
* El alfabeto cuneiforme
* Antigua escritura alfabética americana
* El alfabeto fenicio
* Ramas derivadas del alfabeto fenicio
* El alfabeto griego
* El alfabeto etrusco
* El alfabeto latino
* Alfabetos derivados del latino
* Alfabeto ibérico, turdetano y bástulo-fenicio
* Alfabetos rúnicos
* Historia del alfabeto en España
* Alfabeto de privilegios y albaláes
* Alfabeto redondo, cortesano y alemán
* Alfabeto itálico y procesal

El alfabeto desde el punto de vista fónico

El alfabeto, fónicamente considerado, es la colección de sonidos que emplean los idiomas para la formación de sus palabras; y como éstas son muchas en cada idioma, e infinitos por otra parte los que se hablan en el globo, parece imposible, reducir a un número fijo los diferentes sonidos de que constan las palabras de la inmensa variedad de los idiomas existentes; sin embargo, si se estudian detenidamente los sonidos empleados para cada uno de estos idiomas, se comprenderá fácilmente que todos ellos, aunque combinados de diferentes maneras, son los mismos en su esencia y pueden reducirse a menos de cincuenta variedades; lo cual, por otra parte, es muy natural, pues siendo los órganos del hombre iguales en toda la extensión de la tierra, es evidente que la escala de los sonidos debe ser igualmente idéntica y proporcionada a los efectos naturales y limitados del aparato vocal.

La voz no es más que el producto de la emisión del sonido al través de la laringe; esta emisión se modifica a la vez por las vibraciones que en la cavidad bucal le hacen experimentar los movimientos de la lengua, labios, dientes, etc.

La palabra, pues, consta de un elemento psicológico, que es la idea que representa, y de un elemento fisiológico, que es el sonido, o, como si dijéramos, el cuerpo de la palabra.

No puede, pues, existir, según hemos dicho, más que un solo alfabeto para todos los idiomas del mundo o sea una sola serie de sonidos primitivos modificada por la influencia del clima, de la localidad, etc., cuyas circunstancias, si bien constituyen diferencias accidentales en la escala de los sonidos de cada idioma, no destruyen de ninguna manera en su naturaleza el tipo fundamental e inmutable del alfabeto.

Los sonidos se dividen en simples y compuestos: los primeros se llaman vocales, y los segundos consonantes. La vocal es un sonido laríngeo producido por la vibración de la voz al través de las cuerdas y la consonante, más bien que sonido, es un ruido que se imprime en la boca a la columna de aire que ha atravesado la laringe. Las consonantes se llaman por otro nombre articulaciones.

Volver a ALFABETO – Inicio

Las vocales del alfabeto desde el punto de vista fónico

Las vocales constituyen propiamente la voz humana y aunque sus modulaciones sean varias, todas ellas pueden reducirse a tres sonidos típicos, la A, la I y la U; entre la A y la I se colocan la E abierta, la cerrada y la muda; entre la A y la U se coloca la O y las diferentes vocales cuyo sonido está más o menos relacionado con estas tres letras; así como entre la I y la U se coloca la U francesa y los sonidos más o menos parecidos a ésta.

La clasificación de las vocales en estos tres grupos representados por un triángulo en cuyos tres vértices se coloca A, I, U, es debida al sabio orientalista Orchell según unos, y según otros la dio a conocer el gramático indio Panini, 500 años antes de J. C.

Todavía pueden reducirse las vocales típicas a una sola, la A, y considerarse las demás como modificaciones de este sonido fundamental o sea de la vocal por excelencia.

Si estudiamos las vocales bajo el punto de vista fisiológico, observaremos que para pronunciar la A se deprime todo lo posible la mandíbula inferior, agrandando así la cavidad bucal y emitiendo libremente la voz al través de la laringe. En esta misma posición, pero deprimiendo algo menos la mandíbula inferior, o sea aproximándola más a la superior y reduciendo algo la cavidad bucal, se pronuncia la E; y si todavía se aproximan más ambas mandíbulas y queda más reducida la cavidad de la boca, tendremos los órganos en disposición de pronunciar la I; de aquí resulta al propio tiempo que si con una sola emisión de voz pronunciamos la A y la I, habremos pronunciado insensiblemente todas las vocales que en el triángulo Orchelliano están situadas en el lado A, I.

Colocados los órganos en la misma disposición que para pronunciar la A, si estrechamos la comisura de los labios en forma circular, se pronunciará el sonido de la O, y si todavía estrechamos más esta comisura llevando los labios hacia adelante, se pronunciará el sonido de la U; no se pueden pronunciar tampoco con una sola emisión de voz los sonidos de la A y de la U sin pronunciar insensiblemente la O y todas las vocales intermedias que en el triángulo Orchelliano están colocadas en el lado A U.

Otro tanto debe decirse de las vocales I, U, que no pueden pronunciarse con una sola emisión de voz sin pronunciar al mismo tiempo la U francesa y los sonidos intermedios que en el triángulo están colocados en el lado I, U.

Volver a ALFABETO – Inicio

Las consonantes del alfabeto desde el punto de vista fónico

Generalmente se define la consonante diciendo que es una letra que no puede pronunciarse sin el auxilio de la vocal, definición a todas luces inexacta, puesto que hay muchas consonantes, como son por ejemplo las sibilantes, que no necesitan para pronunciarse del auxilio de la vocal.

La consonante, más bien que sonido, es un ruido especial que modifica el sonido vocal con arreglo a los diferentes órganos que se ponen en juego. De aquí surge la división natural de las consonantes en labiales, linguales, guturales, dentales, paladiales y nasales.

Consonantes labiales son aquellas para cuya pronunciación se ponen en juego los labios, como para pronunciar la p, b, v, f y m; en las linguales es la lengua el principal instrumento para su pronunciación, como la l y la r; en las guturales es la garganta, como se ve en el sonido de la j española; en las dentales son los dientes, como la t y la d, y en las paladiales es el paladar, como vemos al pronunciar los sonidos ca y ga; consonantes nasales son aquellas para cuya pronunciación se da salida al aire por las fosas nasales en mayor cantidad que la ordinaria, como sucede al pronunciar la m y la n.

Las consonantes pueden dividirse también, según la clase de ruido que producen, en explosivas, sibilantes y refluyentes. Consonantes explosivas son aquellas para cuya pronunciación se comprime el aire en la cavidad bucal y se le deja salir de repente, lo cual da lugar a una pequeña explosión, como puede observarse en el sonido de la p; para pronunciar las consonantes sibilantes se comprime también el aire en la cavidad bucal; pero en lugar de darle salida pronta y expedita, se le hace pasar al través de una estrecha hendidura, produciéndose entonces por una ley física un ligero silbido, como acontece al pronunciar la letra s; por último, consonantes refluyentes son aquellas para cuya pronunciación el aire encuentra un obstáculo y busca su salida volviendo hacia atrás, como sucede en la pronunciación de los sonidos l y r.

Pueden también dividirse las consonantes, con arreglo al mayor o menor esfuerzo que se hace para pronunciarlas, en fuertes y débiles; así en el grupo de las labiales es consonante fuerte la p y débil la v, y en las dentales es fuerte la t y débil la d.

De todas estas divisiones, la más importante es la que se funda en la diversidad de los órganos que se ponen en juego para pronunciar las consonantes, porque en esta se funda la ley de las permutaciones de unas consonantes con otras. Con arreglo a esta división podemos establecer tantas consonantes típicas cuantos son estos grupos, considerando como consonante típica, dentro de cada grupo, la más fuerte de entre ellas; de modo, que la p será el tipo de las labiales, la t de las dentales, la j española de las guturales, la k de las paladiales, la l de las linguales y la m de las nasales.

Volver a ALFABETO – Inicio

El alfabeto desde el punto de vista gráfico

Dos períodos pueden considerarse en la historia del maravilloso arte de escribir: uno ideográfico, en el cual se dibujan o pintan las ideas, y otro fonográfico, en el cual se pintan los sonidos.

Las escrituras del primer período proceden estableciendo una relación directa e inmediata entre la idea y su signo gráfico. Las del segundo establecen esta relación indirecta y mediata, porque en ellas el signo gráfico representa el sonido el cual, a su vez, es signo de la idea.

Las escrituras fonográficas están constituidas por una serie de signos escritos que a su vez representan signos vocales y sirven para realizar una doble traducción, mediante la cual, en la letra se traduce el sonido y en éste la idea.

Volver a ALFABETO – Inicio