Llámanse lenguas aglutinantes las que constan de palabras en cuya formación entran diferentes elementos que se yuxtaponen, se aglomeran o se aglutinan.
En la clasificación general de las lenguas, las aglutinantes constituyen el segundo grupo, las monosilábicas el primero y las de flexión el último, de modo que la aglutinación es el eslabón que une el monosilabismo con la flexión.
En las lenguas monosilábicas, que representan la forma más rudimentaria y elemental del lenguaje hablado, las palabras constan de una sola silaba y representan una sola idea; carecen por lo tanto de prefijos, de postfijos y de otro cualquier elemento que pueda indicar la idea de relación, y son por ende invariables.
En las lenguas aglutinantes las palabras constan de varios elementos, uno que expresa la idea principal y los otros que representan ideas de relación; pero al entrar estos diferentes elementos en la composición do las palabras, ni pierden la significación que les es propia, ni sufren tampoco notables cambios morfológicos; por eso pueden separarse con la misma facilidad con que se unen o aglutinan, de donde les viene el nombre de aglutinantes.
En las lenguas de flexión también la palabra consta de un elemento principal, la raíz, y de otros elementos accesorios que expresan las ideas de género, número, tiempo, etc.; pero estos elementos, al entrar en composición, unos pierden totalmente su significación, otros la modifican y todos ellos sufren tales cambios morfológicos que una vez unidos no pueden fácilmente separarse.
La diferencia que separa el monosilabismo de la aglutinación es evidente: allí la palabra consta de una sola sílaba y representa una sola idea; aquí las palabras constan de varias sílabas y representan, además de la idea principal, tantas ideas accesorias cuantos son, los elementos que se aglutinan.
La diferencia que existe entre la aglutinación y la flexión no es menos clara: en la aglutinación, los elementos que entran a constituir la palabra no pierden ni su valor ni su forma, lo mismo pueden usarse solos que unidos; en la flexión los elementos que se añaden a la raíz, de tal modo se modifican en su manera de ser y en su significación, y hasta tal punto se adhieren a la raíz, que constituyen un solo organismo, del cual, si se les separa no pueden vivir, pues no son más que miembros mutilados o fragmentos de palabra sin valor ni significación propia.
La yuxtaposición es, pues, el carácter distintivo de las lenguas aglutinantes, sin que por esto dejen de tener algunas de ellas puntos de relación, ya con el monosilabismo, ya con la flexión, tanto semítica como indo-europea.
Volver a AGLUTINACIÓN – Inicio