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ACODO

Acodadura, acción o efecto de acodar. También recibe el nombre de vástago acodado.

Práctica agrícola, fundada en el siguiente principio: se mete debajo de tierra el vástago o tallo doblado de una planta sin separarle del tronco o tallo principal, dejando fuera su extremidad o cogollo, para que eche raíces y forme una nueva planta.

También cuando a dicho vástago o tallo se le hace una incisión, con el objeto de que, interrumpiéndose en aquel punto el curso de la savia, pueda echar raíces con más facilidad.

Si se colocan bajo tierra los tallos y ramas de un árbol, y las raíces al aire, se verá bien pronto convertirse las raíces en ramas y las ramas en raíces.

* Acodos por raíces, hijuelos y retoños
* Acodos en arco, mugrón y ondeado
* Acodos en cepillón, chino y en tiesto
Acodos complicados
* Precauciones generales al efectuar acodos

Acodos por raíces, hijuelos y retoños

Acodo por raíces. — Este acodo se practica en plantas cuyas raíces son muy superficiales y prolongadas como las de la robinia, y el ailanto.

Si estas raíces se ponen al descubierto por algún punto para que reciban la acción de la luz, desarrollan nuevos brotes que echan yemas por la parte superior y raíces por la inferior, formándose nuevos tallos. Cortando después las raíces procedentes de la planta madre se obtiene separado un nuevo individuo, cuya extremidad herbácea conviene despuntar por julio para aumentar sus ralees.

Esta clase de multiplicación se realiza alguna vez casi espontáneamente, es decir, que los brotes surgen por sí solos en los puntos en que se hiere las raíces de los vegetales con los instrumentos de labor. Las raíces que sirven para esta clase de multiplicación se denominan vulgarmente muletos.

Acodo por hijuelos, retoños o sierpes. — Se practica con ciertos arbustos, tales como las lilas y rosales, en el cuello de cuyas raíces nacen yemas subterráneas o hijuelos que se extienden horizontalmente.

Para activar el desarrollo de las raíces en dichos renuevos basta cortar durante el mes de julio su extremidad herbácea o aérea. Este medio es más expeditivo aun que la siembra y se aplica principalmente a las plantas vivaces cuyas semillas rara vez maduran o no maduran nunca.

Después que los renuevos han adquirido alguna altura se recalzan con buena tierra para favorecer la producción de las raíces y a la primavera o el otoño inmediato, según el terreno y el clima, se les separa y se trasplantan.

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Acodos en arco, mugrón y ondeado

Acodo en arco. — Se usa en los árboles que echan retoños en la base del tranco, pero es menester que dichos árboles sean robustos y cuenten uno o dos años de duración.

Para practicarlo se abren alrededor del arbusto unas zanjitas o regueras, de dimensiones proporcionadas a la longitud de las ramas que se desean tender, se sujetan las ramas en el fondo del hoyo por medio de unos ganchos de madera, y se mantiene la extremidad libre del ramo en posición vertical por medio de un tutor.

Estas acodaduras desarrollan bastantes raíces, de modo que pueden separarse de la planta madre, al cabo de uno o dos años. Este sistema se aplica a los árboles de corteza dura.

Acodo de mugrón. — Este acodo no es más que una variedad del acodo en arco; se practica en las viñas tendiendo horizontalmente en una zanja los sarmientos para que arraiguen y formen cepas nuevas para reemplazar a las viejas o cubrir las marras. La operación suele practicarse en febrero o marzo.

Acodo ondeado. — Practícase este acodo con ramas largas y flexibles de las plantas sarmentosas, corno madreselvas, vides, etc.

La rama elegida se va encorvando por secciones de unos 60 a 70 centímetros, de modo que quede la parte elevada de cada curvatura fuera de tierra, y la parte baja enterrada y sujeta con una estaquilla como se ha indicado en el caso anterior, y al fin la extremidad libre del ramo se mantiene vertical con un tutor.

Las porciones arqueadas del vástago que quedan fuera de tierra, han de llevar algunas yemas que son las que después han de producir tallos y ramas, en tanto que las partes enterradas echan raíces. Así que esto se ha verificado se van cortando los trozos y se obtendrá por cada arco una nueva planta.

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Acodos en cepillón, chino y en tiesto

Acodo de cepillón. — Consiste en cortar por la parte inferior el tronco de árboles nuevos que se ramifican con facilidad, como son los membrilleros y los manzanos.

A la primavera siguiente se cubre el tronco cortado que ha quedado unido a la raíz, con un montón cónico de tierra bien abonada. De este modo casi todos los brotes que ha echado el tronco dan raíces inmediatamente y pueden ser separados y plantados al año siguiente para constituir otros tantos arbustos o árboles independientes.

Acodo chino. — Para practicarlo se extienden, hasta dar en tierra, una o varias ramas enteras con sus ramificaciones, antes de que empiece el movimiento ascensional de la savia, y se sujetan después por medio de ganchos al suelo, de modo que formen superficie horizontal en una especie de foso llano y algo profundo.

Cuando el árbol entra en vegetación, cada yema produce un ramito que se eleva verticalmente; entonces se cubre con un poco de tierra fértil todas las ramas extendidas, cuidando de regar de cuando en cuando. De este modo a fines de verano se han producido ya cierto número de raíces suficientes para que cada uno de dichos brotes pueda constituir por sí solo a la primavera o al otoño siguiente, un arbolillo independiente, que se podrá separar y trasplantarlo donde convenga.

Acodo en tiesto, tonel, etc. — Para practicar este acodo se encorva una rama y se introduce la curvatura en un tiesto, cesto, etc., cargado de tierra; de modo que la extremidad de la rama salga vertical por la parte superior del tiesto. Este se entierra o se coloca en alto, según la posición de la rama y clase del árbol y arbusto en que se quiere efectuar este acodo.

Cuando el tiesto se coloca en alto, el acodo se denomina al aire. Las plantas delicadas y los arbustos verdes se acodan muy bien en tiestos, porque de este modo se trasplantan muy bien las plantas obtenidas.

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Acodos complicados

Se llaman acodos complicados a aquellos en que hay que apelar a procedimientos muy especiales, por tratarse de árboles y arbustos de gran consistencia. Generalmente los medios a que se acude en tales casos son incisiones, torsiones o ligaduras, a fin de entorpecer la marcha de las savias, de modo que se formen excrecencias en los bordes de las heridas y aparezcan las raíces en tales puntos. Los principales acodos de esta clase son:

1° Acodo por torsión, que consiste en torcer un sarmiento, rama o tallo para disgregar las fibras leñosas en una corta extensión y enterrar la parte lesionada en tierra algo húmeda. La rama debe mantenerse vertical a partir de la parte torcida, y sobresalir del suelo unos 20 o 25 centímetros. Este acodo se aplica a los árboles de madera dura, como la encina, roble y castaño.

2° Acodo por ligadura, se practica con los tallos o ramas que sin estar ligados no echarían raíces aunque se enterrasen y también en los que han de mantenerse forzosamente en posición vertical y que cultivados en macetas hay que ponerlos al abrigo de los fríos durante el invierno; las ligaduras se practican a lo largo de las ramas y en una anchura de un centímetro; otras veces no llega a la quinta parte; para efectuarlas se emplea el junco, el esparto, mimbre, seda, cáñamo, bramante encerado, alambre, hoja de lata y hierro. Se hacen también ligaduras en espiral.

3° Acodos por incisión: se opera como para el acodo en arco, teniendo cuidado de practicar la incisión en el ramo, antes de encorvarlos y de enterrarlos. La incisión se practica en el punto que haya de quedar más bajo en la parte encorvada y enterrada. La incisión puede ser anular, en forma de V, o doble.

4° Acodo en canastillo, se efectúa para obtener uvas maduras antes de su época y consiste en pasar a través de un canastillo un sarmiento susceptible de llevar fruto y que cuente de 2 a 4 años. En la parte del sarmiento que haya de quedar dentro del canastillo, se retuerce el sarmiento o se le practica una incisión o ligadura. La cesta o canastillo se llena de tierra buena y se mantiene suspendida del emparrado o cepa a la altura conveniente. Al año, el vástago se llena de raíces, produce uva temprana y además se podrá separar de la planta madre y ser trasladado a otro punto dentro del canastillo para formar planta independiente. De una manera análoga se practica el acodo en saco, el acodo en embudo y el acodo en cucurucho.

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