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ACNÉ

Enfermedad que consiste en un trastorno de la secreción o en un proceso inflamatorio de los folículos sebáceos, especialmente de la cara.

* El acné y sus distintos tipos
* Acné común
* Causas del acné común
* Variedades de acné y su tratamiento
* Acné rosácea
* Diagnóstico y tratamiento del acné rosácea

El acné y sus distintos tipos

Según refiere Aecio, los griegos usaban para designar esta afección las denominaciones acné y jonthus. Celso y Galeno preferían la de varas.

Gorraeus y Sennertus emprendieron de nuevo en los siglos xvi y xvii el estudio de esta enfermedad abandonado por los médicos de la edad media. Sauvages en el siglo xviii, y su contemporáneo Lorry, conocieron la naturaleza y curso del acné.

Batemann y Willan distinguen cuatro formas: simplex, punctata, indurata y rosácea. Wilson, entre otros, separa el acné rosácea de las otras tres formas que constituyen una sola afección que ataca a los folículos.

La escuela francesa ha multiplicado las formas clínicas del acné, pero han servido más para el conocimiento de esta afección las investigaciones anatómicas de Simon (Gust), Hebra y Virchow, de las cuales resulta que hay dos formas de acné esencialmente distintas:

1° Acné diseminata, punctata a vulgaris, que consiste en la inflamación y supuración de los folículos.

2° Acné rosácea, que está constituida por una neoformación conjuntiva y vascular.

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Acné común

Consiste en la formación de pápulas de tamaño variable, desde una cabeza de alfiler al de un guisante, y aún mayores, rojas, cónicas o hemisféricas, dolorosas, que presentan en su vértice un punto negruzco o una pústula. Comprimiéndolas, sale al exterior el contenido de la pápula, pus y grasa, y algunas veces un parásito descrito por Berger, por Heule (1841), y por Simón (1842) con el nombre de demodex foliculorum.

Cada pápula corresponde a un folículo sebáceo y su existencia es debida a la inflamación del folículo y sus inmediaciones. Las pápulas del acné se presentan en la cara especialmente, en la región esternal y en el dorso, rara vez en las demás partes del cuerpo, y casi nunca en la planta del pie y palma de la mano.

Las formas del acné vulgar son el acné punctata, papulita con un comedón central; acné pustulosa, con contenido purulento; acné indurata, pápulas rojas, duras y dolorosas; acné diseminata, pápulas distantes unas de otras; acné ordeolaris, dispuestas en forma de granos de trigo. Coexisten con el acné numerosos comedones y brillo grasiento de la piel (Seborrea oleosa).

El curso del acné es muy crónico, dura meses y aún años, variando las manifestaciones locales, pero conservando el proceso su carácter esencial. Nuevas pápulas, pústulas y comedones aparecen en tanto que se abren o se desecan los antiguos, dejando cicatrices superficiales o pasajeras manchas pigmentarias. Las pápulas son más o menos confluentes y la intensidad de la afección y las deformidades que ocasiona son muy variables. Algunas veces se presentan tumores del tamaño de un guisante al de una avellana que dependen de la dilatación quística de los folículos sebáceos engrosados, y que al abrirse dan una sustancia viscosa muco-grasienta (molluscum atheromatosum). Otras veces estos tumores se retraen formando cuerpos duros, esféricos que persisten indefinidamente. G. Simón, Virchow, Hebra, Kaposi, Biesiadecki y casi todos los autores modernos, consideran al tejido cutáneo que rodea a los folículos sebáceos y pilíferos y sus conductos secretores como el aliento anatómico de la inflamación.

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Causas del acné común

La causa próxima del acné es la irritación producida por los productos de secreción detenidos en los conductos secretores o en las glándulas sebáceas, pudiendo ser ocasionada por un obstáculo mecánico a la expulsión o una alteración funcional, modificación química o exceso de secreción.

El acné vulgar parece un efecto de este último, pues se presenta principalmente en la época de la pubertad en que se exageran las funciones de las glándulas sebáceas por el desarrollo activo de los pelos, siendo más frecuente en los varones y sujetos morenos afectos de seborrea oleosa que en las mujeres y en los rubios.

Los trastornos digestivos y la ingestión de sustancias excitantes (alcohol, queso) suelen producir el acné. Atribúyese el mismo efecto a la abstinencia de los placeres sexuales. En la época de la virilidad desaparece gradualmente. Más allá de los 40 años es raro.

Es generalmente fácil el diagnóstico del acné por la existencia simultánea de comedones, pápulas y pústulas en diversos grados de desarrollo, y por los caracteres de las pápulas y pústulas. Sin embargo, pudiera confundirse con la viruela, si sólo se tuviesen en cuenta los fenómenos locales, y con una sifílide pustulosa.

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Variedades de acné y su tratamiento

Se ha descrito con el nombre de acné varioliforme (Kaposi), una forma de acné que se presenta de ordinario en los límites del cuero cabelludo, constituido por pústulas y pápulas agrupadas, o por erupciones diseminadas en el cuero cabelludo. No debe confundirse esta forma de acné con el acné varioliforme de Bazín que corresponde al molluscum verrucossum de Kaposi.

En el centro de las pápulas del acné varioliforrne de Kaposi, densas, planas, del tamaño de una lenteja, se produce una pústula que se umbilica y que deja al desprenderse una cicatriz deprimida. Esta evolución recuerda la de las pústulas de la viruela, y de aquí su nombre. Al mismo tiempo la disposición en grupos de las pápulo-pústulas del acné varioliforme de Kaposi, su color oscuro y su umbilicación, ofrecen gran analogía con las sifilides en corimbo.

Los sujetos débiles, marasmáticos y escrofulosos, presentan el acné cachecticorum de Hebra, que se combina con frecuencia con el lichen scrophulosorum, raro en la cara, frecuente en el tronco y en las extremidades inferiores. Sus pápulas y pústulas son pequeñas, planas, de color rojo lívido muy semejante a las erupciones sifilíticas.

Además de las formas descritas del acné, existen otras producidas por la irritación de los folículos sebáceos mediante sustancias aplicadas al exterior, o que administradas interiormente, se eliminan por estas glándulas, tales son el acné de la brea, acné picealis, acné ex usu picis.

La bencina, la creosota, la resineona, ocasionan también erupciones de acné. El iodo y sus preparados y los bromuros producen una forma de acné que desaparece fácilmente en cuanto se suprime su causa.

El tratamiento del acné consiste esencialmente en lo siguiente: expresión mecánica de los comedones y dilatación de los abscesos, lociones repetidas con jabón ordinario, jabón de glicerina, alcohol jabonoso alcalino, jabón de potasa, de azufre, de ioduro de azufre y aplicación metódica de los medios que determinan una reacción moderada y el desprendimiento rápido del epidermis y de las células epiteliales que revisten los folículos sebáceos: pastas de azufre, tintura de iodo, glicerolado de iodo, emplasto mercurial, etcétera.

Cuando hay accesos subcutáneos y glandulares apreciables a la vista o por la palpación, deben abrirse con la punta del bisturí. Si nos fuera conocida la causa se evitará cuidadosamente.

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