Casos de afinación de oro y plata

Si la afinación se efectúa con objetos de plata que contenga oro, se atacan por ácido sulfúrico, y una vez hecha la disolución se trasvasa con un sifón y se trata el líquido por plata. Por otra parte, se recogen inmediatamente los residuos insolubles que han quedado en la caldera que contienen oro y un poco de plata y de cobre, se lavan y se funden en un crisol. El lingote obtenido es mucho más rico en oro que el lingote primitivo, pero pobre en plata y en cobre; es un lingote de oro que tiene plata y que se tratará definitivamente, como se indica en el segundo caso.

Si la afinación se practica en objetos de oro que contengan plata, se tratan igualmente por ácido sulfúrico en calderas de hierro colado; la disolución se trasvasa por medio de un sifón recipientes de plomo, y el oro no atacado queda en el fondo de la caldera, pero cierta cantidad va siempre arrastrada al depósito de plomo, de donde se la recoge cuando se ha acumulado en cantidad suficiente.

Terminada la decantación, se trata el residuo de la caldera por una nueva cantidad de ácido sulfúrico; se separa el ácido en exceso y el oro que sobrenada; lavándose con agua el oro que quede en el fondo. Este, después de bien lavado, se vuelve a someter nuevamente a la acción del ácido sulfúrico hirviendo, se vuelve a lavar y por último se funde, añadiéndole bórax o nitro, en un crisol de plombagina. La plata disuelta en el ácido sulfúrico se separa del cobre, como se indica en el caso tercero.

Si la afinación se practica sobre objetos de plata que contenga cobre (afinación simple), las aleaciones se mezclan con nitro y se funden en fuertes crisoles de arcilla refractaria colocados en grandes hornos de viento calentados con cok. A medida que la masa se funde, se separa de las escorias, que por su parte contienen algunas porciones metálicas que se someten de nuevo a la afinación.

Cuando los lingotes están en completa fusión se granallan, para lo cual no hay más que proyectar el metal fundido en una cuba llena de agua fría. La granalla obtenida se coloca en una caldera hemisférica de hierro colado y se trata por ácido sulfúrico que disuelve aquella por completo. Se decanta el líquido, se le añade un gran exceso de una disolución de sulfato de cobre y se hace llegar a la masa una corriente de vapor. Se deja reposar unas dos horas, se decanta nuevamente en un receptáculo de plomo y se precipita la plata por medio de láminas de cobre.

La plata así obtenida, se presenta formando una masa blanca y esponjosa, se recoge cuidadosamente, se lava, se comprime fuertemente y por último se funde y se vierte en las lingoteras. Se decanta la disolución de sulfato de cobre para separar la plata del líquido, y se reconoce que toda la plata se ha depositado cuando el líquido no da precipitado alguno por la adicción de cloruro de sodio.

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