Como resumen de lo que hemos dicho respecto al acumulador Faure copiaremos textualmente las respuestas de sir William Thomson, miembro de la Sociedad real de Londres y del Instituto de Francia, a una serie de preguntas que le dirigió el Consejo de Administración de la sociedad belga La Fuerza y La Luz, propietaria de los brevets de invención de Mr. Faure.

Entre estas preguntas las principales son las siguientes:

Pregunta 1: ¿Qué cantidad de energía eléctrica es posible almacenar en una tonelada de plomo y de minio en las proporciones convenientes y constituyendo cincuenta elementos del sistema Faure?

Respuesta: Dado el debido esmero en la fabricación, la cantidad de energía almacenada en los cincuenta elementos, cada uno de veinte kilos de plomo y minio, puede ser de veinte caballos-horas, de los, cuales diez y seis caballos-horas podrían utilizarse como fuerza motriz en buenas condiciones.

Pregunta 2: ¿Cuál es la diferencia bajo el punto de vista de la acumulación entre una batería Planté formada durante tres meses y una batería Faure al cabo de ocho días de trabajo de formación, suponiendo que el peso de ambas sea el mismo?

Respuesta: El elemento Planté es extraordinariamente inferior a la batería Faure.

Pregunta 3: ¿Hay razones para creer que las baterías del sistema Faure duren menos tiempo que las baterías Planté, algunas de las cuales se vienen experimentando hace quince años?

Respuesta: En esta como en las anteriores, la respuesta del célebre físico inglés es de todo punto favorable al sistema Faure.

Y sin embargo, hay físicos distinguidos que combaten las anteriores conclusiones, sosteniendo que jamás en una tonelada del acumulador Faure se han podido almacenar, por decirlo así, veinte caballos-horas. Que si durante algunas semanas el elemento Faure es más poderoso que el elemento Planté, esta ventaja es transitoria, hasta tal punto, que al cabo de algunos meses de servicio el aparato no funciona.

Y por último que si bien Mr. Reynier atribuía al acumulador Faure una potencia de acumulación cuarenta veces superior a la del elemento Planté, Mr. Hospitaller reduce a dos la cifra precedente, es decir, a la vigésima parte de lo que se había supuesto.

Entre estas contradictorias opiniones es difícil encontrar el término medio.

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