En general, la vitalidad de los albinos parece ser débil. Muchos mueren antes del primer año; otros llegados a la edad adulta sucumben por enfermedades consuntivas, y muy pocos llegan a la vejez.

Estos resultados se acentúan en los negros a quienes su afección coloca en circunstancias sociales desfavorables. Ciertos pueblos, como los Bechuanas (Livingstone), los destruyen por ver en ellos presagios funestos. En otros países, al contrario, son objeto de un culto análogo al quo la enajenación mental inspira a los Indostánicos. En algunas cortes tropicales han sido considerados como lo fueron los locos y los enanos en las casas reales de Europa.

Respecto a las facultades mentales de los albinos, se han cometido errores por generalizar casos de observación particular. El albinismo, según demuestran los hechos, no lleva consigo indisolublemente la idea de inferioridad mental; han existido albinos muy inteligentes. Pero la presencia, en muchos casos de albinismo, de otros defectos orgánicos que se presentan en los seres en vías de degeneración orgánica, parece concurrir con la observación a demostrar que abundan entre los albinos los cerebros débiles, con manifestaciones de inferioridad mental.

Nada se sabe de positivo sobre la reproducción de los albinos entre sí. La unión de un albino con sujeto normal, negro, cobrizo o blanco, es fecunda. El producto es de ordinario normal, con frecuencia albino; especialmente niña pía. No todos los hijos de la misma pareja son albinos; unos pueden serlo y otros no.

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