Características de las alianzas monetales

Pero no siempre expresaban en las monedas de un modo visible las alianzas mutuas; en muchas ocasiones el convenio era únicamente el de la emisión de numerario en que poniendo cada ciudad o región sus tipos y caracteres propios, la ley y talla de las monedas era la misma para poder circular indistintamente en unos y en otros pueblos, como por ejemplo los hectés de clectrum hechos a propósito para circular entre Focea y Mytilene.

Sin embargo, no es esto lo general, porque casi siempre, aunque conserven sus tipos y sus leyendas propias, añaden un símbolo, como el buey de Bizancio y Calcedonia, o un monograma como en tantas monedas del Asia menor, o siquiera las letras primeras de los nombres de los pueblos confederados como la M y la S para las monedas de Mallos y Soli bajo el dominio de los Aqueménides.

También puede decirse como regla general que estas ligas monetarias fueron hechas entre pueblos o países próximos que podían, y les era necesario, el tener frecuentes relaciones comerciales.

Cuando se ven los signos de estas alianzas en monedas de regiones muy distantes, puede decirse con cierta seguridad que la causa de aquellas emisiones era política y fortuita. Un ejemplo curioso de esta clase es el de las monedas pertenecientes a la antigua África que tienen por un lado el Silphium, tipo característico de la Cirenáica, y la cabeza del león de Samoa, y por el otro la cabeza de águila con la serpiente en el pico perteneciente a Ialysos. Cavedoni y

Lenormant explican ingeniosamente la unión de esos tipos diciendo, que en vez de suponer una asociación de monedaje entre estas tres ciudades, es mejor referir esta moneda a la expedición que salió de Samos entre 529 y 525 antes de J. C., para poner en su trono con un ejército de samios y de rodios al rey Argesilao III, expulsado de Cyrene.

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