Cantidad de oxígeno y nitrógeno en el aire

Los del oxígeno y nitrógeno son muy generales y están muy repartidos.

La vida vegetal es el mayor foco de desprendimiento del primero, neutralizando así en la atmósfera los efectos diametralmente opuestos de la respiración animal y las combustiones de todo género.

Sin embargo, como una parte del oxígeno se va empleando en oxidaciones, de las que resultan compuestos muy poco sujetos a transformaciones químicas posteriores (oxidaciones de algunas rocas, por ejemplo), resulta que hay un consumo lento de oxígeno que no se reemplaza.

Este, no obstante, es tan escaso, que en presencia de la inmensa cantidad que en la atmósfera se encuentra, la imaginación se pierde al considerar el número fabuloso de años que habrá de transcurrir antes que se percibiera en la atmósfera una alteración sensible, esto sin contar con que no haya o se presenten en lo sucesivo algunos casos de desprendimiento, ya constantes, ya accidentales o periódicos, que vengan a neutralizar aquel efecto.

El nitrógeno varía muy poco, merced a su indiferencia en las reacciones químicas. Admítese que el nitrógeno atmosférico apenas influye directamente en la vida de la tierra, de las plantas y de los animales.

Sólo por la intervención de la electricidad se provoca la combinación, en pequeñísimas cantidades, de dicho cuerpo con otro, y se le coloca en estado de ser asimilado por las plantas y después por los animales; de no ser así, es evidente que, siendo el nitrógeno un elemento necesario para la composición de los organismos, para el sostén de la vida animal y vegetal, el número de seres organizados que poblasen la tierra, iría disminuyendo hasta desaparecer, pues es claro que en las descomposiciones orgánicas no todo el nitrógeno se aprovecha pasando a otros seres en forma asimilable, sino que parte va a la atmósfera, constituyendo así el único origen acaso, de desprendimiento de este cuerpo.

Pero la formación del amoníaco, de los ácidos nitroso y nítrico en la atmósfera, de nitro en ciertos terrenos, y los experimentos de Berthellot demostrando que el nitrógeno en estas condiciones y bajo la influencia eléctrica es absorbido por las materias orgánicas del suelo y de las plantas, prueban que existe una compensación a aquel desprendimiento, con lo cual se mantienen en equilibrio la composición de la atmósfera y las condiciones generales de la vida orgánica en toda la superficie del planeta.

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