Cambios personales y orgánicos para la aclimatación

Se ha intentado también introducir en el organismo del inmigrante modificaciones propias para adaptarlas a las nuevas influencias climatológicas.

Aubert Roche propone nada menos que el cambio de temperamento, del sanguíneo al nervioso, para establecerse en los climas tropicales, y Rufz, bastante de acuerdo con la idea de Aubert Boche, declaraba que el europeo arribado a las Antillas es demasiado pletórico y tiene necesidad de ser debilitado y propone una sangría preventiva o, por lo menos, una sangría combinada con los evacuantes desde los primeros síntomas de la fiebre efímera o biliosa que suele declararse al poco tiempo de la llegada.

Mas prescindiendo de estas exageraciones, es indudable que mediante modificaciones en el régimen alimenticio y en el método de vida puede favorecerse la acomodación de los organismos a los nuevos medios, y que no carecen de valor los consejos de los médicos a los emigrantes, aunque al parecer sean banales, relativos a la higiene doméstica, a la templanza y moderación en los placeres como en los trabajos intelectuales y físicos.

Pero todos estos preceptos no tienen otro objeto ni pueden alcanzar más resultado que la aclimatación individual y sólo su primer período.

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