Bronceado, avellanado y bruñido de las agujas

La quinta serie comprende:

1° Bronceado.

Esta operación se efectúa colocando un niño una fila de agujas con la cabeza hacia afuera sobre una plancha de cobre, y aplicando el obrero broncista de un golpe esta fila de agujas contra una placa de hierro calentada al rojo por medio de un foco calorífico, que se coloca debajo. Las cabezas de las agujas adquieren en seguida un matiz bronceado con, fuerte viso azul en la porción inmediata al ojo, con lo cual se consigue hacer éste mucho más visible y facilitar el enhebrado.

2° Avellanado o aliviado.

Esta operación tiene por objeto redondear y pulimentar el ojo o chaza de la aguja. En todas las operaciones que anteceden no se ha afinado en lo más mínimo el taladro quo constituye el ojo de la aguja, y éste presenta los bordes muy cortantes, de modo que si no se suavizasen, cortaría en seguida el hilo. La operación se ejecuta por medio de una avellana o buril de acero, animado de un rápido movimiento de rotación; el obrero que ha de ejecutar el trabajo, toma en la mano una porción de agujas, las extiende en abanico, y con una destreza prodigiosa presenta sucesivamente el ojo de cada una al torno y suaviza los bordes de la chaza, uno por uno.

3° Bruñido.

El bruñido tiene por objeto atenuar en el contorno exterior de la cabeza el color obscuro dado a la misma por el bronceado. Al mismo tiempo completa el pulimento de la cabeza. Para esto, un obrero toma entre los dedos varias agujas con la cabeza hacia afuera, y las va presentando sucesivamente, primero a una muela de asperón muy fino, y después a otra más pequeña de pizarra, animada de una gran velocidad. En esta operación sobresalen las fábricas inglesas.

4° Empaquetado.

Terminada la operación que antecede, se vuelven a someter las agujas a un nuevo escogido, clasificándolas por calidades, y, por último, se colocan en paquetes, colocándolas en cuadraditos de papel cortados previamente, según las dimensiones de las agujas. La operación de contar éstas para colocarlas en los referidos paquetes, es una de las más largas. Se abrevia recurriendo al peso, que tiene además la ventaja de comprobar la exactitud del número. El plegado de los paquetes, engomado de las etiquetas y otros preparativos, terminan, por último, la serie de operaciones necesarias para presentar al comercio este instrumento al parecer tan insignificante y cuya fabricación requiere, sin embargo, tantas manipulaciones.

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