Balanza Roverbal

Las balanzas corrientes en el comercio han sufrido, desde hace muchos años, una modificación
que no aumenta su precisión, pero si facilita su uso.

En las nuevas balanzas sistema Roverbal los platillos se hallan colocados encima de la cruz en vez de estar suspendidos por debajo. Pueden, pues, recibir libremente cuerpos de todas formas y dimensiones. Pero para darles la estabilidad necesaria, su soporte se prolonga interiormente por un tallo cilíndrico que se articula con otra cruz, de la misma longitud que la primera y generalmente oculta en el interior de una caja que forma la base del instrumento. Esta segunda cruz se sustituyo muchas veces por un sistema de palancas que producen el mismo efecto sin comprometer tanto la precisión y la sensibilidad de la balanza.

La palanca principal está sostenida por un largo prisma de acero tallado en forma de cuchillo en sus dos extremidades; esta gran longitud del cuchillo central tiene por objeto dar más estabilidad a los platillos.

Las dos extremidades de la palanca principal o cruz se terminan en forma de horquilla cuyas dos ramas van provistas de un cuchillo sobre el que se apoya una de las extremidades de la lámina de acero que sostiene cada platillo. La razón de esta disposición es la misma que la anteriormente indicada, a saber: dar estabilidad a los platillos en el sentido transversal de la balanza.

Para asegurar, además, su estabilidad en el sentido longitudinal, la cruz o palanca principal lleva en cada uno de sus extremos un vástago vertical que corresponde debajo de cada platillo, y cada uno de estos vástagos se articula por la parte inferior con las extremidades de otra cruz suplementaria.

El sistema preferido para estas balanzas consiste en transformar cada platillo en una especie de plataforma de balanza Quintenz o báscula, o si se quiere, reunir dos pequeñas balanzas Quintenz a las dos extremidades de una cruz de la balanza, más complicada pero más exacta.

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