Bacterias patógenas

Esta clase de bacterias inyectadas en el tejido celular o en la sangre reproducen en los animales enfermedades infecciosas puramente experimentales e idénticas a las que sobrevienen espontáneamente. Las bacterias no patógenas no producen por inyección enfermedad ninguna.

Para que una especie de bacteria se pueda considerar como patógena, es necesario que encuentre en el organismo en donde haya de vivir parásita condiciones especiales de nutrición y de temperatura favorables a su existencia y multiplicación y que no encuentren en el mismo organismo sustancias capaces de impedir su desarrollo. Estas condiciones favorables a la multiplicación y desarrollo de las bacterias constituyen la predisposición individual a las enfermedades infecciosas.

No se conocen bien estas condiciones, pero ello es que son causa de hechos curiosísimos. Así, por ejemplo, inyectando una mezcla de bacterias en el tejido celular de un animal, sucede a veces que una de ellas solamente se desarrolla y las demás quedan estériles. La misma mezcla de bacterias inyectada del mismo modo en otro animal de especie distinta determina la multiplicación de otra bacteria y origina otra enfermedad diferente de la primera.

La septicemia del ratón producida artificialmente por Koch en ratones caseros, no se reproduce en los ratones de campo ni en las ratas. Éstas no adquieren el carbunco y los ratones sí; los perros pequeños también son atacados por el carbunco mientras que los viejos escapan al contagio. La misma bacteria causa una afección local en un animal, y una afección general y mortal en otro animal de distinta especie, etc.

Las bacterias patógenas pueden producir enfermedades agudas o crónicas. En las primeras la evolución, la multiplicación y la eliminación o muerte de las bacterias se efectúa rápidamente; en las segundas permanecen durante mucho tiempo y aun se eternizan en los tejidos, como sucede con la lepra. Hay bacterias que son a la vez patógenas y saprógenas.

El estudio de las bacterias patógenas es de una importancia inmensa y su descubrimiento ha ocasionado una verdadera revolución en la medicina. El estudio y conocimiento de las enfermedades infecciosas está indisolublemente ligado al estado de las bacterias patógenas, constituyendo por lo tanto una rama de aplicación de la bacteriología.

Esta misma indiscutible importancia de las bacterias patógenas ha hecho que se hayan clasificado y estudiado particularmente con independencia de las investigaciones hechas sobre las bacterias en general.

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