Acostumbraban los inquisidores, cuando la oposición a sus sentencias era irresistible, a excusar autos públicos generales de fe, celebrando autillos. Tal sucedió por algún tiempo en Sicilia por los años 1562 a 1569.
En esta isla fue suprimido el Santo Oficio en 1782. En los 279 años de su existencia, hiciéronse allí autos de fe solemnes y generales o particulares en la sala del tribunal.
La Inquisición de la isla quemó a doscientas una personas, y doscientas setenta y nueve estatuas, pudiendo calcularse en tres mil el número de penitenciados.
También en América hubo autos de fe.
En 1574 hízose el primero de Méjico, y fue tan solemne lile testigos de vista dijeron que sólo faltó la presencia de Felipe II y personas reales para compararlo con los famosos de Valladolid del ano 1559. En él murieron en el fuego dos luteranos impenitentes, francés el uno e inglés el otro, y fueron reconciliadas ochenta personas penitenciadas.
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