Autos de fe célebres en España

Los autos de fe verdaderamente célebres son los siguientes:

1° El celebrado en la plaza mayor de Valladolid el domingo de Trinidad, 21 de mayo de 1559, que fue el primero solemne de aquella ciudad. Presidiéronle el príncipe Carlos y doña Juana, princesa gobernadora, con asistencia de los individuos de todos los consejos que seguían a la corte, muchos grandes de España, mayor número de marqueses, condes, vizcondes, barones y otros caballeros, damas de todas estas clases y un concurso innumerable de gentes.

Salieron al auto catorce personas que sufrieron la pena de muerte; los huesos y estatua de otra difunta, y otros dieciséis reos para ser reconciliados con penitencia. Melchor Cano predicó el sermón de fe, y D. Francisco Baca, inquisidor de Valladolid, tomó al príncipe de Asturias don Carlos, y a su tía doña Juana, juramento de favorecer al Santo Oficio y avisarle cuantas cosas contrarias a la fe supiesen haber hecho o dicho o que en adelante hiciese o dijere cualquier persona.

2. ° El que se hizo en Valladolid el 8 de octubre de 1559, segundo de los celebrados en aquella ciudad. Asistieron Felipe II, su hijo, su hermana, su sobrino el príncipe de Parma, tres embajadores de Francia, el arzobispo de Sevilla, los obispos de Palencia y Zamora, varios electos no consagrados, y muchos nobles y damas.

Predicó el obispo de Cuenca. Hicieron las degradaciones de clérigos los obispos de Palencia y Zamora, y el inquisidor general tomó al rey el juramento arriba expresado. Los condenados a muerte fueron trece; se quemaron los huesos de una mujer, y hubo dieciséis penitenciados.

3° El celebrado en Sevilla, en la plaza de San Francisco, el 24 de septiembre de 1559, con cuanta solemnidad cabía sin la presencia de las personas reales. Los relajados fueron veintiuno, de ellos uno en estatua, y se contaron ochenta penitenciados, en su mayoría luteranos.

4.° El que se hizo en la misma ciudad, el 22 de diciembre de 1560, con catorce quemados en persona, tres en estatua, treinta y cuatro penitenciados y la relajación de otros tres que habían sido reconciliados antes del auto.

A los dichos deben agregarse los siguientes: los celebrados en Murcia en 7 de junio de 1557, 12 de febrero de 1559, 4 de febrero de 1560, 8 de septiembre del mismo año, 15 de marzo de 1562, 20 de mayo de 1563, 1564, 9 de diciembre de 1565, 8 de junio de 1567 y 7 de junio de 1568. En el primero hubo once quemados y cuarenta y tres reconciliados. En el segundo, treinta quemados en persona, cinco en estatua y cuarenta y tres reconciliados. En el tercero, catorce quemados, veinte y dos estatuas y veinte y nueve penitenciados. En el cuarto, dieciséis quemados, ocho estatuas y cuarenta y ocho penitenciados. En el quinto, veinte y tres relajados en persona y setenta y tres penitenciados. En el sexto, diecisiete quemados, cuatro estatuas y cuarenta y siete penitenciados. En el séptimo, uno quemado en persona, once en estatua y cuarenta y ocho penitenciados. En el octavo cuatro relajados en persona, dos en estatua y cuarenta y seis penitenciados. En el noveno seis quemados y cuarenta y ocho penitenciados. Y en el décimo, veinticinco relajados y treinta y cinco penitenciados.

Los celebrados en Toledo en 25 de febrero de 1560, 9 de marzo de 1561, 17 de junio de 1565 y 4 de julio de 1571, contándose en el primero, al cual asistió la corte, varios quemados en persona, otros en estatua y muchos penitenciados; en el segundo, cuatro quemados y diecinueve reconciliados; en el tercero, once quemados y treinta y cuatro penitenciados, y en el último, dos quemados, tres estatuas y treinta y un penitenciados. El de Granada, 27 de mayo de 1593, con cinco quemados en persona, cinco en estatua y ochenta y siete penitenciados. Y el de Logroño de 14 de noviembre de 1593, con cinco quemados, siete estatuas y treinta y siete penitenciados.

Nótese que cada una de las Inquisiciones españolas celebraba, por lo menos, un auto general de fe cada año, y que el número de sentenciados no puede fijarse en menos de veinte por auto.

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