Asno doméstico

Asinus vulgaris.

Este asno, que muchos naturalistas designan con el nombre de asno de España o asno de Grecia, tiene la estatura de un mulo pequeño, el pelaje suave y liso, las orejas sumamente grandes pero de buena forma, la borla de la cola y la crin relativamente largas y los ojos muy brillantes.

Existen dos razas principales de asnos domésticos: una de ellas es grande, ligera, briosa y excelente para los viajeros; la otra es más pequeña, débil, de pelo mucho más suave y de formas más bonitas, y se emplea generalmente para la carga. El asno grande se obtiene generalmente por medio del cruzamiento del onagro con sus descendientes. En Persia y Egipto, donde un buen asno cuesta sumamente caro, es donde se encuentran las especies más parecidas a las nuestras.

El asno común es muy sobrio, trabajador y resiste mucho a la fatiga. Es imposible imaginarse un ser más excelente que él; a pesar de su pequeñez, galopa llevando encima un hombre corpulento; su paso de andadura es muy cómodo y resiste horas enteras de carrera sin que hagan mella en él ni el frío ni el calor.

En el interior de África se emplea con frecuencia este animal, pero la raza que allí se ve suele ser de las peores, y por regla general, importada de Egipto o del Yemen. En el Sudán también suelen verse con abundancia y aun cuando son muy inferiores y menos aptos para el trabajo que en ninguna parte, el indígena los emplea para todo, si bien es verdad que jamás se ocupa en darlos de comer, limitándose a dejarlos en completa libertad para que se busquen el alimento por donde mejor les parezca: a pesar de esa libertad, estos asnos no vuelven jamás a su estado salvaje.

En la isla de Cerdeña y en algunas del Archipiélago griego han existido hasta hace muy poco tiempo asnos salvajes, y en la América del sur aun se encuentran bastantes: estos asnos observan el mismo género de vida que las especies arriba citadas. Un macho padre conduce a toda la manada y la defiende a vida y muerte contra sus rivales; este macho es desconfiado, vigilante y muy difícil de domesticar.

Se encuentra esta especie extendida por casi todo el mundo, pero donde más abunda es en el mediodía de Europa, noroeste de Asia y en la América meridional. Las mejores razas pertenecen a España, Italia y Grecia; pero desgraciadamente en estos puntos la especie va degenerando mucho y perdiendo gran parte de sus muchas cualidades buenas a causa de los malísimos tratamientos que recibe.

El origen de nuestro asno doméstico todavía no se conoce con entera seguridad, pero parece ser que proviene del cruzamiento del onagro con el de las estepas, los cuales desde la más remota antigüedad han sido domesticados haciéndose los mayores esfuerzos para mejorar la casta. Los griegos y romanos invirtieron enormes cantidades con tal objeto, y en el día los persas y árabes hacen otro tanto; entre nosotros solamente, a causa de un lastimoso descuido y de los malos tratamientos, la raza ha degenerado de una manera alarmante.

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