Artillería naval o de marina

Se divide en artillería de grueso y pequeño calibre. La primera va montada y fija en el buque.

Si no se hubieran inventado las corazas, la artillería de marina no hubiese tenido que traspasar el calibre de 20 cm., más que suficiente para batir embarcaciones de madera; pero las planchas de hierro han obligado a artillar los buques de combate con enormes y potentes piezas y proyectiles, de forma prolongada éstos, capaces de perforar las corazas, y a reducir por consiguiente el número de aquéllas en cada buque.

Hoy, por ejemplo, un buque de combate del tipo del acorazado español Pelayo, monta sólo cuatro cañones colocados en cuatro torres independientes, y 14 piezas de potencia mediana, además de las ametralladoras o artillería de pequeño calibre. Un crucero, como el Navarra, lleva 2 o 4 cañones de 15 cm., y 4 de a 12 y 4, 6 u 8 de menor calibre para los botes y desembarcos.

Todas las piezas son rayadas, de antecarga o de retrocarga, de calibres diversos, según la clase del buque.

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