Arquitectura china

La Arquitectura china no es característica sino en las edificaciones de uso privado, o sea en las casas de habitación, construidas siempre con madera.

Los pares de las armaduras muy inclinados, para expeler fácilmente el agua de las tormentas, descansan en las cabezas de tres o cuatro puentes horizontales, apoyados unos en otros por medio de postecillos verticales situados en sus extremidades respectivas. Un gran alero horizontal protege con su sombra las ventanas de la vivienda, y una superficie curva sirve para resguardar y dar armonía a la unión del gran alero con el plano de la cubierta. Tal es el origen de la forma chinesca tan familiar a nuestra vista, y no la supuesta imitación de la tienda de campaña, que en la Tartaria y en todo el extremo Oriente tiene la forma convexa sin presentar nunca palos ondulantes.

Los esmaltes y brillantísimas pinturas con que adornan los chinos todas las fachadas, como la generalidad de los objetos de su industria, denotan la escasa educación artística de su órgano visual, que, según antes se ha dicho, tarda más en percibí las formas que los colores.

Los pocos monumentos que de la China se conocen indican un origen común con los de la India, y tal vez influencia directa de datos; pero modificados por la extravagancia del gusto y la falta de percepción de formas, propias del país, añadiéndose por todas partes los tejadillos cóncavos suministrados por la Arquitectura doméstica.

La torre de porcelana de Nankín, destruida en la insurrección de 1862, y otras análogas, llamadas taas, son derivadas de las pagodas budistas; los pailices o pórticos conmemorativos recuerdan las entradas de las stupas, y algunos palacios compuestos de pabellones de madera sobre un gran basamento de fábrica dan a conocer el sistema de construcción que debió usarse en la Antigua Asiria.

La gran muralla levantada dos siglos antes de J. C. demuestra sólo, como masa informe, el poder y perseverancia de un pueblo que no ha sabido usarlos para salir de su primer estado de civilización.

Volver a ARQUITECTURA – Inicio