Arados de vapor

Son los arados en que la tracción animal está sustituida por la fuerza del vapor y constituyen uno de los inventos más importantes y de más trascendencia de la agricultura moderna.

La primera idea, la que naturalmente se ocurrió a los que se ocuparon de este asunto, fue el hacer mover la máquina de vapor por la superficie del campo, remolcando a llevando tras de sí los instrumentos destinados a ejecutar la labor; y partiendo del principio de que la labor hecha con el azadón es la mejor, aplicaron detrás de una locomotora, un eje horizontal que, puesto en movimiento por una cadena sin fin, movida por la máquina, hacía penetrar en el terreno las rejas y demás que cortaban y removían la tierra. En este principio está fundado el sistema Rickett.

El sistema de Rickett consiste en una locomotora como la destinada a marchar por los caminos ordinarios, la cual lleva detrás unas poderosas espirales de hierro, que movidas por la máquina de vapor, penetran en el suelo y remueven la tierra, haciendo una labor parecida a la del azadón; pero a pesar de la grande anchura de las llantas de sus cuatro ruedas, esta máquina, que anda con facilidad por los buenos caminos, marcha con dificultad por las tierras labrantías, mucho más si son húmedas y compactas, en cuyo caso las ruedas se deslizan y resbalan en vez de avanzar.

Parte de estos inconvenientes y dificultades desaparecen en el arado de Boydell. Este sistema está fundado en el mismo principio que el anterior, es decir, que la locomotora, al pasar por la superficie del campo, arrastra los instrumentos destinados a hacer la labor, pero esta locomotora tiene una ingeniosa disposición.

Pero a pesar de estas circunstancias y de su ingenioso mecanismo, la máquina de Boydell presenta alguno de los inconvenientes de la de Rickett que dificultan su empleo, por lo cual estos sistemas se han sustituido por otros más sencillos. De modo, que el sistema de tracción directa, moviéndose toda la locomotora por toda la extensión del campo, y llevando tras de sí los instrumentos de cultivo, ha sido abandonado por las dificultades e inconvenientes que ofrece.

Uno de los sistemas más completos e ingeniosos, el más completo del cultivo por medio del vapor, es el de Halkett; pero su enorme coste le hace tan imposible en la práctica como los anteriores. En este sistema, la locomotora no camina por la misma superficie del terreno, sino por unos rails colocados como en los caminos de hierro, y espaciados entre sí de 20 en 20 metros. Este sistema no se ha generalizado en Inglaterra, siendo los de Howard y de Fowler, los que por mucho tiempo se han disputado la primacía y los que en la práctica han producido mejores resultados.

El principio en que se fundan los sistemas de estos dos célebres constructores, consiste en aplicar la fuerza del vapor, la cual hace marchar directamente un cable que conduce el arado como en el de Fowler, o indirectamente, valiéndose do otros aparatos auxiliares, como en el de Howard.

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