Los viajes, junto con los conocimientos astronómicos de los árabes, contribuyeron notablemente al progreso de la Geografía.
Los romanos habían conocido la Libia, el Norte de África, y los árabes hollaron las arenas del Gran Desierto, recorrieron la Nigricia y vieron deslizarse las aguas del Nilo occidental o Níger; los romanos supusieron la existencia de un dilatado territorio más allá del Ganges, y los árabes trasponen el Ganges y la península de Malaca, navegan en el grande Océano, conocen el imperio chino, descubren islas al Sur y predicen tierras al Oriente.
Al Sur, las que con seguridad puede afirmarse que conocieron, son las Maldivas; en cuanto a las islas de la Sonda, ya no es tan fácil determinar si todas o algunas llegaron a ser descubiertas por los árabes. Citan a Kale, Yaba, Suborno, y se quiere hacer de estos nombres Sumatra, Java y Borneo, fundándose en que muchos de los productos que sus barcos traían de Oriente, parecen propios de estas islas. También se ha preguntado si las islas de Uakuak son las Molucas, y si era posible que, penetrando por el estrecho de Malaca y aventurándose en el mar de Java, hubieran llegado a la extremidad oriental de la Malasia, observando que en Mindanao y otras islas oceánicas se conservan vestigios de lengua y religión árabe y persa.
Los países septentrionales presentan muy poca novedad en la Geografía de los árabes: salvo escasa diferencia, lo mismo que ellos supieron los romanos de todo el litoral del Ponto Euxino.
En las obras de Geografía que los árabes nos han dejado, revélase el progreso de esta ciencia.
Los geógrafos más célebres son: el español El Edrisi (siglo xii), cuyos libros, traducidos al latín, enseñaron la Geografía a la Europa en la Edad Media, y en uno de cuyos mapas figuran como fuentes del Nilo los grandes lagos ecuatoriales; El Istajri (siglo ix), que escribió un Tratado de Geografía; Yacut (siglo xiii), que dio noticia detalladísima de todos los países que componían el Califato, y Abulfeda (siglo xiii), que resumió las obras de otros geógrafos.
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