Aparejos ornamentales en albañilería

Se denomina aparejo ornamental a aquel que presenta ciertos dibujos en la disposición de las piedras con lo que contribuyen a la decoración del edificio. Tales son el reticular, el espigado y el polícromo. Se les usó mucho en el último período del estilo románico.

1° Aparejo polícromo.
Aquel en que las piedras son de distinto color, y a menudo de distinta clase también, colocadas con orden y método para formar vistosas combinaciones. Se le empleó en la última época del estilo románico. Al presente vuelve a estar en boga en los aparejos de ladrillo y en construcciones rurales.

2° Aparejo espigado.
El compuesto de piedras planas, como losas asentadas de canto o inclinadas apoyándose unas sobre otras, y presentando al paramento uno de sus cantos y en opuesta dirección en cada hilada, de manera que cada dos de éstas ofrecen cierta semejanza con la espina de un pescado o las barbas de una espiga. Se llamó en latín opus spication: se empleó alguna vez por loe romanos en la época de le Decadencia, y con más frecuencia en las construcciones ostrogodas, lombardas, merovingias y carlovingias. Este aparejo perfeccionado se le encuentra también en obras, especialmente al exterior de murallas en el primer periodo del estilo romtánico. En el día no se le emplea sino en pavimentos.

3° Aparejo reticular.
El compuesto de sillarejos cuadrados o rombales, colocados sobre una de sus aristas, de modo que las juntas formen líneas cruzadas como las de una red. Opus reticulatum le llamaban los romanos, que lo emplearon alguna vez en sus construcciones en los últimos tiempos de la República y en los primeros del Imperio. En nuestro Museo Arqueológico se conservan algunos sillarejos con el paramento cuadrado, prevenientes de la llamada Torre ciega de Cartajena; único ejemplar que conocemos en España de tal clase de aparejo en los muros antiguos. En la Edad Media sólo se le encuentra en el tercer período del estilo románico.

4° Aparejo alejandrino.
Especie de mosaico, compuesto de pórfido rojo y verde, de mármol y de esmalte, al que dio su nombre Alejandro Severo, que, según Lampridio, fue su inventor; sirvió en tiempo del Bajo Imperio para hacer frisos, adornar entrepaños, etc. Estuvo en boga en Italia en los siglos xii y xiii.

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