Antigua escritura alfabética americana

La escritura mejicana en su primera época se limita a la representación figurativa de los objetos sensibles y al empleo de símbolos para indicar las ideas abstractas. Posteriormente se dio a los mismos signos valor fonético, haciéndolos alternar con los elementos representativos y simbólicos.

De este valor fónico de los signos gráficos presentan frecuentes ejemplos los monumentos escritos del antiguo Méjico y principalmente el códice de Vergara. Así, por ejemplo, en este monumento y de modo distinto al anteriormente descrito, para indicarse el nombre de Itzcoalt, rey de Méjico, se dibujan los siguientes signos: una flecha (en antiguo mejicano itz), un vaso (co) y el agua (alt).

Pero la escritura mejicana no pasó de este período jeroglífico en que se mezclan las imágenes con los símbolos y con las representaciones fonéticas.

Mr. Rosny afirma que cuando los españoles quisieron introducir con la doctrina cristiana el uso de su alfabeto entre los indios, encontraron en estos una viva resistencia, y que por el contrario la aplicación del sistema de jeroglífica a la reproducción de los textos litúrgicos fue aceptada sin gran dificultad.

Los indígenas escribieron mediante imágenes a las que daban valor fonético en las oraciones cristianas. Así por ejemplo, una bandera (pantli, en antiguo mejicano, radical pan), una piedra (telt, radical te), un fruto de nopal (nochtli, radical notch) y otra piedra (radical te) servían para componer las palabras pante nochte, padre nuestro.

La escritura de los aztecas de Méjico que fue desapareciendo paulatinamente después de la conquista española, no pasó del período jeroglífico, y por tanto hemos de excluir su estudio del presente artículo en que sólo debe ocuparnos el estudio de los alfabetos.

En cambio la escritura de los mayas del Yucatán, sin dejar de ser jeroglífica durante toda su existencia, llegó hasta el alfabetismo por procedimientos análogos a los que sucesivamente transformaron la escritura egipcia.

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