Son los que carecen de pared propia formada a expensas de las túnicas arteriales.
Cuando la sangre sale de una arteria rota y no puede correr al exterior, se acumula a en la vaina y el tejido celular ambiente le forma una bolsa accidental; si persiste la comunicación entre la arteria y la colección sanguínea, se dice que hay aneurisma difuso, primitivo si sigue a un traumatismo, consecutivo si sucede a la rotura de un aneurisma circunscrito.
Los síntomas son los mismos que los de los aneurismas circunscritos, aunque menos acentuados.
Los fenómenos de compresión, las inflamaciones y las gangrenas son más comunes.
El pronóstico es muy grave, y el tratamiento, más difícil, consiste en suprimir el acceso de la sangre, favorecer la organización de la extravesada o vaciar o destruir el tumor, asegurando la hemostasia.
Muchas veces es necesaria la amputación, que no siempre previene la extensión de la gangrena y la muerte.
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