Analogías, semejanzas y diferencias

La analogía es una semejanza, combinada con la diferencia. El raciocinio por analogía (que es susceptible de frecuentes errores) consiste en suponer que entre dos cosas que se parecen y a la vez son diferentes, las semejanzas son bastante numerosas para permitirnos atribuir cualidades de la una a la otra.

La tierra es un planeta que está habitado; los demás planetas, si sus condiciones son las mismas, pueden igualmente estar habitados. Queda siempre la inferencia en la línea movible de la probabilidad, sin que los resultados revistan carácter de certeza, porque no se puede olvidar que, marchando la inteligencia de la parte a la co-parte dentro del todo, el todo mismo como principio que conexiona las partes, está supuesto y no directamente percibido.

Esta duda que queda implícita en los resultados de la analogía, se halla bien expresada por Garnier (Fac de l’ame) cuando la considera compuesta de dos inducciones contrarias. “Si de un lado, dice, pensamos que los objetos que presentan una parte de sus cualidades observadas, podrían manifestar la misma cualidad secreta, pensamos también que, como poseen otras cualidades visibles, podrían carecer de la misma cualidad latente. Percibo, por ejemplo, una planta venenosa y después otra planta que tiene la misma flor y el mismo fruto, y me siento inclinado a creer que es venenosa también, pero tiene una hoja diferente y puedo suponer que no es venenosa. Formulo, pues, a la vez dos juicios: 1° los objetos que tienen las mismas cualidades visibles poseen idénticas cualidades secretas; 2° los objetos que tienen cualidades visibles diferentes no poseen las mismas cualidades íntimas”.

Si ambos juicios son equivalentes, el resultado único es la duda, y entonces no existen inducciones contrarias, sino que es imposible inducir.

Pero si el número de cualidades semejantes es mayor (y aquí entra el cálculo de probabilidades, especie de Aritmética lógica) que el de las diferentes, o si la importancia de los caracteres semejantes nos parece superior a la de los distintos, preferimos un juicio a otro, e inferimos analógicamente.

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