Alumbre calcinado

Se prepara el alumbre calcinado, colocando el alumbre tipo en un vaso de barro sin vidriar, y mejor aún en un crisol que se calienta primero a un fuego moderado, para que la sal experimente la fusión llamada acuosa, que no es otra cosa, que su disolución en el agua combinada.

Cuando la materia se espesa algún tanto, se aumenta la temperatura hasta que en las paredes se forma una costra esponjosa de sal completamente deshidratada, a cuya temperatura se la mantiene, y la operación está terminada cuando sólo queda en el centro una pequeña porción de sal que tiene el aspecto vítreo.

Conviene en esta operación que el vaso en que se practica la calcinación sea estrecho, pues de lo contrario sucede que, cuando la sal se calcina en el centro, las porciones que tocan con las paredes se han descompuesto, y si no, queda un residuo considerable.

El alumbre calcinado se desprende fácilmente del crisol, y la materia tiene la forma de éste; se separa la parte esponjosa de la de aspecto vítreo y se reduce a polvo la primera para los usos médicos.

El alumbre calcinado o desecado, se usa en Cirugía y en Veterinaria como un débil escarótico para consolidar las carnes fungosas y detener las hemorragias.

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