Alumbrado eléctrico

Con este nombre se comprenden todos los sistemas de alumbrado en que se produce y utiliza la luz eléctrica. El origen de esta luz es debido a la incandescencia de un conductor recorrido por una corriente eléctrica poderosa al paso de la cual se opone una gran resistencia.

La intensidad de la luz emitida es proporcional a la elevación de temperatura que el conductor es capaz de soportar, y por esto suele emplearse como conductor un carbón de retorta o un carbón artificial que se prepara de modo que reúne en el más alto grado posible las condiciones que se desean.

La resistencia eléctrica del conductor llega a su máximum cuando presenta una solución de continuidad, en cuyas condiciones se produce el arco voltaico, es decir, una serie continua de chispas eléctricas de una extremidad a otra del circuito.

Puede también utilizarse el arco voltaico para producir la incandescencia de una masa refractaria, en cuyo caso esta masa se convierte en verdadero foco de incandescencia.

Cuando no hay tal solución de continuidad, el arco voltaico desaparece, pero la resistencia puede ser aún bastante en un punto determinado para producir la incandescencia del conductor eléctrico en aquel punto, originándose así lo que se llama incandescencia al aire libre.

La resistencia del conductor se aumenta, si no hay solución de continuidad, reduciendo los diámetros de su sección; pero si esta reducción es muy grande, el conductor se destruiría en seguida al ponerse incandescente al aire libre, y para preservarlo se le encierra en un globo de vidrio privado interiormente de aireó lleno de un gas impropio para la combustión.

De esta enumeración se deduce que los sistemas de alumbrado eléctrico pueden ser cuatro; a saber:

1° Alumbrado por arco voltaico.
2° Alumbrado por arco voltaico con incandescencia de masa intermedia.
3° Alumbrado por incandescencia al aire libre.
4° Alumbrado por incandescencia en el vacío.

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