Almanaques especiales

Iban los almanaques a veces unidos a los breviarios, como ocurre con uno muy notable inserto a continuación del Breviarium secundum romanam curiam, impreso en pergamino y adornado con miniaturas, que se conserva en la biblioteca de Este en Módena; contiene las fases de la luna y los eclipses para los años 1475 a 1518, una nota sobre los elementos del calendario, algo de gnomónica y figuras de instrumentos astronómicos, una de los cuales es de movimiento: era frecuente entonces multiplicar las figuras en los almanaques.

En Augsburgo se imprimió en 1481 uno de 80 páginas lleno de grabados en madera, relativos en parte a la astrología; su título es, Kalender mit astrologischen Anmerkungen undern Gesundheit-Regeln, es decir, Calendario con notas astrológicas y reglas para la salud.

En esa época había muchos almanaques redactados en verso, como el italiano de Giuliano Dati, que empieza en 1493, quien describe con rima el curso de los años siguientes; se inserta el retrato del autor grabado en madera. También está casi todo escrito en verso el calendario meteorológico anónimo publicado en Nuremberg hacia 1520 con el titulo de Der Bawren Practica oder Wetterbuchlin, es decir, Almanaque de los campesinos o libro del tiempo.

Entre los más célebres de esta época hay que citar el Compost et Kalendrier da bergers, que empezó a publicarse en París en 1493 y de cuyo título se apoderaron los editores de Ginebra primero, y después los de Lyon y Troyes para dar a luz otras publicaciones análogas; las series de París y de Troyes son las de existencia más larga, pues la última no cesó hasta 1728: de año en año se repetían las instrucciones astrológicas generales, pero las predicciones meteorológicas eran sólo aplicables al año particular de que se trataba. Este almanaque se tradujo o se imitó en lengua inglesa, alemana y flamenca; esta última traducción se imprimió en Amberes.

El más famoso de todos y el que alcanzó mayor popularidad fue el de Mateo Lansberg, impreso en Lieja hacia el año 1635 o algo después; el volumen correspondiente al primer año lleva por nombre de autor Lambert, que luego se cambia en Laensbergh y por último en Mathien Lensberg y que ha servido de enseña a la publicación durante dos siglos.

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