Alimentación de los aracnóideos

Casi todos los aracnóideos se alimentan de materias animales líquidas, y muy rara vez de jugos vegetales.

Las especies inferiores son parásitas; las de organización más perfecta capturan presas vivas que consisten casi siempre en insectos, que matan por medio de un aguijón que segrega veneno; casi siempre se alimentan con los jugos que pueden absorber de dichas presas.

Hay un gran número de especies que tejen una especie de telas en las cuales se enredan los animales que les han de servir de alimento; cuando cae alguna víctima en dicha red, sale precipitadamente el aracnóideo de su escondrijo, que por lo general se halla en uno de los extremos de la tela, y se arroja sobre el prisionero y teje con rapidez una de sus enmarañadas telas con que le envuelve, dejándole en la imposibilidad de hacer el menor movimiento.

Hay algunas especies que se atreven a atacar a los pájaros y algunos pequeños mamíferos.

También las hay cuyo veneno es de consecuencias muy funestas aún para el hombre.

Los aracnóideos viven en todos los países y en todos los climas; lo mismo en los bosques que en las rocas; tan pronto en las ruinas como en las habitaciones. La mayor de las especies se ocultan durante el día y por la noche abandonan su escondite para dedicarse a la caza.

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