Alfabeto de privilegios y albaláes

En el siglo xiii, además de la escritura francesa, se usaron las de privilegios y de albaláes derivadas ambas de aquélla.

La primera era algo mas esquinada en los extremos de los brazos de la caja del renglón, teniendo terminados por curvas bastante prolongadas sus trazos altos y sus caídos y hallándose recargada de inútiles rasgos de adornos.

La escritura de albaláes no difiere de la de privilegios en cuanto a la figura de las letras, pero sí en lo referente a las proporciones, inclinación y ligado. Es más menuda, tiene escasa altura relativamente a su amplitud y sus trazos principales son cortos proporcionalmente a los accesorios. Las letras no permanecen aisladas entre sí como en la escritura de privilegios, sino que están unidas para favorecer la rapidez de su trazado.

Sus rasgueos tienen forma casi rectilínea y tendencia a conservar paralelismo con respecto a la caja del renglón; y por último suele observarse en las letras una ligera inclinación en ángulo obtuso con respecto a la línea de su base.

Usáronse ambos alfabetos respectivamente en los documentos llamados privilegios y albaláes que les dieron nombre, durante los siglos xiii y xiv.

En la segunda mitad de esta centuria se transformaron estos dos géneros de escritura, originando dos nuevos alfabetos, el redondo y el cortesano.

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