Aire atmosférico confinado

Cuando el aire atmosférico se halla en un recinto donde no puede renovarse fácilmente, donde el aire nuevo no puede por una ventilación conveniente reemplazar incesantemente al aire antiguo, se dice que está confinado.

Entonces una multitud de circunstancias pueden obrar en su composición: la respiración de los hombres o de loa animales, los fenómenos de combustión que se producen en el recinto, las luces que arden, las emanaciones de todo género que pueden desprenderse, alteran más o menos su naturaleza.

Difícil será determinar en un momento dado todas las modificaciones experimentadas por el aire de un lugar habitado, de un establo, de una fábrica y de una alcantarilla. El oxígeno, que ha sido absorbido y que ha disminuido en proporción, puede ser reemplazado por el ácido carbónico y por el vapor de agua y tal vez por el óxido de carbono, hidrógeno sulfurado o carbonado y aun por otros gases deletéreos que se desprenden y mezclan con la atmósfera primitiva.

Al propio tiempo la humedad ha podido aumentar por consecuencia de la transpiración pulmonar o por otras causas. Frecuentemente resulta una influencia fisiológica de las más funestas sobre las personas que se hallan en el recinto.

Se ha procurado fijar la cantidad de aire que puede renovarse por hora, para que un ser animado pueda habitar sin experimentar malestar o sufrimiento en un espacio limitado: dormitorios, casernas, hospitales, cuadras, establos, apriscos, etcétera.

Volver a AIRE – Inicio